_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Corcuera tenía razón

En la rueda de prensa inmediatamente posterior a que se tuviera conocimiento de la sentencia del Tribunal Constitucional por la que se anulaban determinados artículos de la Ley de Seguridad Ciudadana, José Luis Corcuera aconsejó al señor Trillo que volviera a frecuentar las aulas de la Facultad de Derecho, a fin de completar su formación jurídica.El consejo del señor Concuera fue interpretado por el propio destinatario del mismo, así como por los medios de comunicación, como una manifestación a mitad de camino entre la soberbia y el despecho del ministro socialista.

El curso de los acontecimientos, sin embargo, ha venido a poner de manifiesto en muy poco tiempo que el señor Corcuera no se equivocaba. El espectáculo que ha brindado el señor Trillo a todo el país con el escándalo de la votación en el Congreso de los Diputados sobre las enmiendas de la reforma laboral, no ha podido ser más lamentable. Jurídicamente lamentable, prescindiendo por completo de su calificación desde un punto de vista políticoPues, haciendo un gran esfuerzo de generosidad, se puede llegar a entender, aunque no a justificar, que en el pleno del Congreso, en caliente, y ante la sospecha de que se podía haber alterado el sentido de la manifestación de voluntad de la Cámara de manera fraudulenta, se reaccionara de una forma un poco viva y se formularan solicitudes jurídicamente descabelladas, como las que pretendían la anulación de un determinado número de votos sin más prueba que la ocular de determinados diputados, que después se ha visto el grado de fiabilidad que tenían.

Pero lo que ya resulta esperpéntico es que, en frío y tras las comprobaciones efectuadas por los secretarios del Congreso y ante una decisión de la Mesa, qué no es más que la aplicación estricta de criterios contenidos en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, reiteradamente interpretados de manera unánime e inequívoca por el Tribunal Constitucional, el señor Trillo haya procedido de la forma en que lo ha hecho.

Cuando los secretarios del Congreso comprobaron de manera indiscutible que la irregularidad producida en la votación no había alterado el sentido de la manifestación de voluntad de la Cámara, la Mesa no podía tomar otra decisión que la que adoptó, esto es, anular el voto incorrectamente emitido y respetar el contenido de la votación del Congreso. El principio de conservación de los actos así lo exige. Jurídicamente, no se podía hacer otra cosa. Y, por tanto, políticamente tampoco. La explicación dada por el presidente del Congreso en rueda de prensa es jurídicamente intachable.

Y, sin embargo, el vicepresidente del Congreso por el PP no sólo perdió los estribos, insultando al presidente y a la Mesa del Congreso en unos términos incalificables, sino que, además, se permitió poner en duda el carácter jurídico de la decisión de la Mesa, llegando a anunciar la interposición de un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

Parece que a esto último ha renunciado. Me imagino que alguien le habrá indicado que para hacer el ridículo siempre hay tiempo y que ya lo ha hecho bastante. Es una lástima, porque la sentencia del Tribunal Constitucional no iba a tener desperdicio.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En todo caso, y teniendo en cuenta que el señor Trillo parece destinado a ocupar puestos de mucha responsabilidad en la dirección del país y muy probablemente en áreas jurídicas, creo que no le vendría mal que atendiera el consejo que le dio en su día el señor Corcuera. Su formación jurídica, a la vista de su comportamiento de estos últimos días, es muy manifiestamente mejorable.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_