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Aznar promete a Marruecos que contribuirá a mantener la política de amistad española

José María Aznar fue recibido a mediodía le ayer por el rey de Marruecos, Hassan II, durante una hora y diez minutos. El monarca ofreció al presidente del PP un trato muy deferente, considerado equivalente al reservado para los jefes de Gobierno. Aznar, que había mantenido por la mañana una reunión de casi dos horas con la Mesa del Parlamento, se ha presentado como un adalid de las relaciones de amistad con Marruecos y un político convencido del papel singular que este país desempeña en la política exterior española. Aznar ha ofrecido garantías de que un cambio de Gobierno en España no afectará a la relación entre los dos países.

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ENVIADO ESPECIALEl líder del PP ha cuidado en extremo esta visita, hasta el punto de comentarla por teléfono con el presidente del Gobierno, Felipe González, el lunes pasado, la víspera de emprender el viaje, según reveló ayer. Todas las precauciones y reservas adoptadas por la delegación del PP en previsión de una de las prolongadas esperas que son habituales antes de las audiencias de Hassan II resultaron inncesarias. La audiencia, prevista inicialmente para las 12.00 de ayer, se retrasó media hora, previa advertencia del palacio real el día anterior.Aznar, su esposa, Ana Botella, y los parlamentarios que le acompañan se desplazaron a media mañana hasta el palacio de Bouznika, a 40 kilómetros de Rabat. A las 12.35, apenas tres minutos después de su llegada, el rey de Marruecos salió a recibir al presidente del Partido Popular.

Hassan II y José María Aznar departieron en un pequeño escritorio durante setenta minutos. El rey tomó un café y su invitado, una limonada. El presidente del PP mantuvo más tarde una entrevista de tres cuartos de hora con el príncipe heredero, Sidi Mohamed, en el Estado Mayor de los Ejércitos, que coordina el príncipe.

Aznar se declaró por la tarde muy satisfecho de ambas entrevistas. No se refirió a su contenido apelando al deber de reserva, aunque admitió que, tras las conversaciones, no ha variado su percepción sobre las relaciones hispano-marroquíes.

El presidente del PP defendió la necesidad de una relación preferencial entre Marruecos y la Unión Europea en forma de asociación, como había hecho el día anterior ante empresarios de ambos países, y se pronunció por una vía de negociación entre las partes -el reino alauita y el Frente Polisario- que sirva para aplicar las indicaciones de la ONU en relación con el referéndum sobre el futuro del Sahara.

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Ceuta y Melilla

El presidente del PP había escuchado por la mañana, en una reunión con la Mesa del Parlamento, poco habitual en visitas e políticos extranjeros, una moderada exposición de la posición magrebí sobre Ceuta y Melilla. El portavoz del Istiqlal, el partido nacionalista en la oposición, aludió a las "altas directivas y propuestas reales" obre la formación de una célula de reflexión hispano-marroquí para estudiar el futuro de ambas ciudades.Aznar evitó explicar cuál había sido su respuesta o dar una opinión sobre ese proyecto. Después de una larga exposición sobre intereses y proyectos comunes, se limitó a decir ante los informadores que Ias cosas necesitan tiempo, necesitan tranquilidad. "Alguna parte", añadió, "considera un problema [la situación de Ceuta y Melilla y nosotros no lo consideramos un problema". Sobre los proyectos de estatutos de autonomía para ambas plazas dijo que "siguen su curso".

La extremada moderación de las fuerzas políticas en la unión del Parlamento, como en la cena ofrecida por la Cámara el martes por la noche, a la que acudieron representantes de todas las formaciones parlamentarias, no fue compartida por los periódicos de los partidos. El más beligerante frente al presidente del PP fue Liberation, de la USFP (Unión Sociaista de Fuerzas Populares, en la oposición), que saludó al visitante con un titular en español en primera página: "Velocidad es mala consejera, señor Aznar.

Un comentario editorial, tiulado "El hombre con el que llegó la discordia", ya advertía ayer a Aznar que se vería obligado a escuchar las posiciones marroquíes sobre las "ciudades ocupadas" de Ceuta y Melilla.

Tanto Liberation como Al Bayane, del Partido del Progreso y el Socialismo (comunista), L'Opinion, del Istiqlal, coinciden en destacar la unanimidad nacional marroquí sobre la reivindicación de Ceuta y Melilla.

Los comentarios de los tres periódicos son coincidentes ambién atribuir al PP y a la derecha española en general un papel de presión sobre el Gobierno y el PSOE para que endurezca sus posiciones hacia Marruecos y acelere los estatutos de autonomía para ambas ciudades, "en pie de igualdad con grandes regiones".

Esa es la interpretación que Aznar ha pretendido deshacer durante su visita, insistiendo en dar un sentido de continuidad a as relaciones hispano-marroquíes y en vincularlas "al interés general de España, por encima de las discrepancias legítimas entre Gobierno y oposición".

[Por otra parte, la Asociación Musulmana del Estado Español manifestó ayer su rechazo frontal a la reinvindicaión marroquí sobre Ceuta y Melilla.

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