La Iglesia critica el registro de parejas de Vitoria
El obispo considera "injusta y peligrosa" la equiparación con el matrimonio
Al mediodía del viernes ya eran diez. Habían dejado sus nombres inscritos en el nuevo registro de uniones civiles de Vitoria, creado en virtud del decreto emitido por el alcalde de la ciudad, José Ángel Cuerda, hace dos semanas. La mayoría eran heterosexuales. "Creo que el principal beneficio del registro es que existe", dice un joven empresario que repudia las ceremonias de unión "incluso civiles" y que forma parte del colectivo de 1.500 parejas extramaritales de Álava. Pocas horas después de plasmar su nombre en el libro, el Obispo de Vitoria, José María Larrauri calificó de "injusta y peligrosa" la equiparación de todas las parejas que el pasado jueves logró el apoyo del PNV.Según el obispo, la equiparación de los matrimonios con las parejas sin vínculo eclesiástico, y las homosexuales "es injusto y peligroso". Para Larrauri la unidad familiar se basa en el matrimonio y no es equiparable a otras unidades de convivencia.
En medio de la vorágine, los beneficiados lo ven de forma muy diferente. La normalidad de algunas parejas heterosexuales contrasta con la exaltación con que se ha vivido en algunos ambientes homosexuales, para los que el registro es, poco menos, que una fórmula para emular las bodas.
"No creo que vaya a solucionarme grandes cosas pero quizás, con el tiempo, sí a mis hijos". Es empresario, lleva viviendo en Vitoria desde hace siete años, cuatro de ellos en pareja, tiene un niño, un taller de reparación de automóviles, "y ya no quiero que se sepa nada más", dice al periodista. Sólo insiste, una hora después de firmar, en mostrar su agradecimiento al alcalde de Vitoria y pide su extensión al resto de las instituciones para que "mis dos hermanos puedan hacer lo mismo".
Al llamamiento se suma también J. Prieto, una mujer que entiende la iniciativa de Cuerda como una herramienta para que comiencen a cambiar todas las leyes restrictivas para los colectivos "que no pasamos por el aro de las bodas de ningún tipo". Tiene un hijo, está embarazada de ocho meses del segundo, y tiene la intención de registrarse. "Ahora las leyes son, de hecho, premios y castigos, cuando en realidad tendrían que ser derechos." "Cuerda", subraya, "nos pone en la mano una herramienta para empezar a reclamar igualdad de derechos en Hacienda, en las empresas y en todos los lugares donde hay te castigan por tu condición".
Extender la iniciativa
"Todavía es un goteo", declaró ayer Cuerda. Mientras, un grupo de jóvenes alaveses planean una inscripción masiva para una fecha próxima con el fin de "extender la iniciativa del alcalde".En este sentido, el Ayuntamiento de San Sebastián está estudiando en serio implantar un registro similar al de Vitoria, y ha encargado a sus servicios jurídicos la realización de un informe previo.
La población heterosexual a la que va dirigido el decreto rondaría las 8.000 parejas que viven al margen del matrimonio, sólo en el País Vasco, a tenor de la tasa del 1,2% de media sobre el total de las parejas. Una tasa similar a la del resto de España. A este colectivo habría que añadir el de las parejas homosexuales, de las que no existe censo ni estadística alguna en los organismos de la Comunidad Autónoma.
Felix Gómez, homosexual, se lo imagina todo muy bonito, de principio a fin. La frialdad del registro no le importa, porque después disfrutará de una fiesta en familia. Será una peculiar boda, con celebración familiar y viaje de novios incluído, como no, a Mallorca.
"Mi novio y yo nos registraremos la segunda semana de junio, luego haremos un banquete de boda que ya hemos reservado en un restaurante de Vitoria, para 22 personas, nuestras familias, y al día siguiente nos iremos de viaje".
Félix tiene 27 años, trabaja en hostelería, y el registro le hace mucha ilusión. "Además puede ser muy beneficioso porque, de entrada, ya hay un papel en el que figura el nombre de los dos".
Al igual que Felix, dos mujeres lesbianas de Amsterdam, la capital holandesa, sintieron la misma alegría cuando celebraron en junio de 1991 una boda de parecidas características. Esto fue posible gracias a la creación, unas semanas antes, de un Registro de Confianza, con unas características similares al de la capital alavesa.
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