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Las dos Coreas rompen abruptamente el diálogo y Pyongyang amenaza con envolver a Seúl en llamas

Antonio Caño

La península de Corea se ha situado más cerca que nunca de una confrontación después de la ruptura del diálogo entre el régimen comunista del norte y el aliado estadounidense del sur, lo que hace casi inevitable la aplicación de sanciones internacionales contra el Gobierno de Pyongyang, que se ha negado reiteradamente a autorizar inspecciones internacionales que comprueben si ese país ha desarrollado la capacidad para construir armas atómicas.

El secretario de Estado estadounidense, Warren Christopher, ha advertido que si Corea del Norte no cambia de actitud inmediatamente, "lo único que quedará por discutir es qué tipo de sanciones se aplican". Los asesores de seguridad del presidente Bill Clinton se reunieron ayer en la Casa Blanca para estud¡ar un abanico de medidas contra Corea del Norte, entre las que se encuentran:- Suspensión de las conversaciones bilaterales que debían comenzar mañana.

- Reanudación de las maniobras militares Espíritu de Equipo con Corea del Sur, que Corea del Norte considera una amenaza militar.

- Envío de misiles Patriot a territorio surcoreano.

- Convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU para aprobar sanciones económicas.

El presidente Clinton declaró en la noche del viernes que todas esas opciones estaban siendo tornadas en consideración.

El Gobierno de Corea del Norte ha asegurado que responderá "con la máxima energía" a cualquier medida que se tome en su contra, y ha llegado a amenazar con una guerra devastadora si se emprenden acciones que considere como amenazantes para la seguridad de su país.

Song Young, el delegado surcoreano en las conversaciones con Corea del Norte, abruptamente interrumpidas ayer, declaró que su interlocutor le había advertido que "Seúl estaría en llamas" si el régimen norcoreano se ve en la obligación de defenderse. "Dijo que estaban dispuestos a contestar al diálogo con diálogo y a la guerra con guerra", manifestó Song Young, repitiendo palabras del delegado norcoreano.

La tensión alcanzó tal grado como consecuencia del fracaso de la misión de expertos internacionales que investigaron durante dos semanas la producción nuclear norcoreana. Pyongyang asegura que está exclusivamente dedicada a fines pacíficos. Los miembros de ese equipo internacional, que acabaron su trabajo a principios de esta semana, relataron que el Gobierno norcoreano les había negado el acceso a algunas de las plantas nucleares sobre las que solicitaron inspección.

Esto ha hecho que Corea del Sur y EE UU consideren aún más probable la posibilidad de que el régimen comunista esté produciendo armas atómicas. Los servicios secretos de Estados Unidos creen incluso que Pyongyang tiene ya construidas bombas nucleares.

Intercambio de emisarios

Seúl se opone al intercambio de emisarios diplomáticos con vistas a la normalización de relaciones entre ambos países hasta que quede completamente resuelta la disputa sobre las armas nucleares. Corea del Norte, por su parte, sostiene que el problema nuclear no puede resolverse "hasta que la Organización Internacional de la Energía Atómica no cese sus peticiones irrazonables".Este bloqueo ha provocado una sensación de alarma en Estados Unidos, absolutamente comprometido en la defensa de Corea del Sur. El presidente Clinton ha querido dar una última oportunidad a Corea del Norte, y ha manifestado que "la pelota está todavía en su tejado". Pero no parece que Pyongyang tenga ya demasiado tiempo para reaccionar. "Corea del Norte tendrá que actuar muy rápidamente para evitar sanciones, porque el mundo está perdiendo la paciencia", señaló ayer una fuente surcoreana.

Todo indica que Estados Un¡dos podría introducir en el Consejo de Seguridad una resolución contra Corea del Norte en el plazo de unos días, lo que elevaría la tensión en la península de forma considerable. En el Consejo de Seguridad, Estados Unidos tendría que lograr arrancar un acuerdo con otro de los países con derecho a veto, China, cuyo Gobierno podría ejercer una fuerte influencia sobre el régimen comunista de Pyongyang.

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