Rabin pide al Vaticano que se implique en el proceso de paz para Oriente Próximo

El primer ministro israelí, Isaac Rabin, pidió ayer a Juan Pablo II "que el papel de la Santa Sede en el proceso de paz [para Oriente Próximo] adquiera una mayor relevancia en el futuro" según informó Joaquín Navarro Valls, jefe de la Oficina de Prensa del Vaticano. El propio Rabin precisaría, sin embargo, algo más tarde que no ha "pedido ninguna intervención diplomática del Vaticano". Tras la entrevista, Rabin manifestó que su Gobierno se sentía "responsable de la seguridad de todo el mundo" en Israel y que tomará medidas para garantizarla.

El primer ministro estimó que la posición del Papa no es la adecuada para ser "instrumento" de las negociaciones israelo-palestinas, sumidas en una grave crisis tras las matanza de la mezquita de Hebrón. "Lo que creo es que la Santa Sede puede tener una influencia en muchos países y pueblos y que puede ejercitar una presión moral para que las negociaciones se reanuden", explicó también Rabin, que es el tercer jefe de Gobierno de Israel que se entrevista con un Papa desde la creación del Estado hebreo, en 1948, y el primero recibido en el Vaticano tras la firma del acuerdo alcanzado, el pasado 30 de diciembre, para la normalización de sus relaciones.Rabin, quien ayer reiteró en Roma que se siente "avergonzado" por la acción terrorista de un "loco fanático", afirmó que el sentido de este viaje, durante el que también se entrevistó con el primer ministro italiano, Carlo Azegli Ciampi, era movilizar a los Estados capaces de "influir y presionar para que se vuelva a negociar".

En ese contexto, revelé que, tras el atentado, habló por teléfono con el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, a quien le dijo que "si los enemigos de la paz, que existen en los dos lados, entienden que los asesinatos no lograrán que selevante la mesa de negociaciones, se verán privados de incentivos para cometerlos".

Esta visita de Rabin a Roma, adonde llegó procedente de Washington, coincide con el viaje que Jean Louis Tauran, ministro de Exteriores del Vaticano, realiza Túnez y Tripoli, donde probablemente se entrevistará con Arafat y el líder libio Muammar el Gaddafi.

La coincidencia había hecho pensar que en estos contactos se estuviera desarrollando una intervención diplomática más concreta del Vaticano, pero Rabin la ha desmentido. Navarro Valls informó, no obstante, que el tema central de la visita del primer ministro al Papa, que duró unos 30 minutos, tuvo como tema básico la situación del proceso de paz en Oriente Próximo.

Rabin se entrevistó también con el secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano, en compañía de Samuel Haddas, nuevo representante israelí ante la Santa Sede. El primer ministro israelí aseguré a la prensa que no había hablado con el Papa del problema de Jerusalén y reiteró que la ciudad santa de hebreos, católicos y musulmanes seguirá siendo en cualquier caso "la capital de Israel". Añadió que "ninguna resolución de la ONU impedirá que siga siendo una ciudad unida".

Rabin invitó al Papa a que visite Jerusalén "pronto" y Juan Pablo II aceptó dicha invitación, "confiando en que las circunstancias la permitan". El Papa visitará Líbano, pero no Israel, a finales de mayo.