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Leguina y el alcalde quieren desatascar la decena de proyectos urbanísticos pendientes

La cohabitación política entre el PP -que gobierna en el Ayuntamiento de Madrid- y el PSOE -que lo hace en la Comunidad- sigue dando muestras de su inutilidad. Ocho meses después de que los jefes de las dos instituciones, el presidente Joaquín Leguina y el alcalde José María Álvarez del Manzano, ordenasen a sus colaboradores un esfuerzo para desbloquear los asuntos pendientes, todo sigue igual. Leguina y el alcalde han decidido reunirse para desatascar al menos una decena de proyectos. Pero uno de ellos no tiene solución: el PSOE rechazará este mes los seis nuevos barrios que propone el PP.

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Leguina y Álvarez del Manzano coincidieron el pasado miércoles en Bruselas. En el número 55 de la Avenue Toison D'Or la Comunidad abría sucursal, y el alcalde no faltó a la cita. De vuelta a la capital, el pasado jueves, Leguina propuso a Álvarez del Manzano un encuentro urgente para solucionar la decena de asuntos pendientes que necesitan del acuerdo entre las dos instituciones.El alcalde coincidió un día después con el presidente regional en un acto celebrado en la Capitanía General de Madrid. Allí confirmaron la urgencia de la reunión: "Hemos quedado en vernos en los próximos días para desbloquear los asuntos pendientes, dado que nuestros colaboradores encrespan más la situación", explicó a este periódico Álvarez del Manzano.

Mientras tanto, los colaboradores de Leguina y Manzano arrecian en sus críticas sobre el parón actual que sufren los grandes planes de las dos instituciones. "El PP se ha convertido n una rémora para Madrid", dicen los altos cargos regionales socialistas para justificar el retraso en la aprobación municipal de algunos proyectos de la Comunidad. Los concejales del PP replican: "El Gobierno de Leguina se dedica a bloquear todos nuestros planes".

Este cruce de acusaciones mantiene bloqueados diversos proyectos esenciales para mejorar la calidad de vida de los madrileños: la ampliación de la línea 10 del Metro, la creación de seis nuevos barrios en las afueras para edificar 70.000 viviendas, la construcción de una sede del Parlamento regional, la reparación de los edificios ruinosos del casco histórico, la ciudad aeroportuaria de Barajas, o el Centro de la Cultura y las Artes del distrito de Arganzuela. Todos estos planes llevan empantanados más de un año.

Comida de urbanistas

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Los titulares de la política urbanística del PSOE y del PP, José María Rodríguez Colorado y José Ignacio Echeverría, respectivamente, fracasaron en el encuentro que mantuvieron el martes pasado en un restaurante madrileño para pactar dos asuntos claves en las relaciones entre los dos gobiernos. Echeverría mantuvo su negativa a conceder licencia para la construcción de la nueva sede de la Asamblea de Madrid en la calle de O'Donnell y Rodríguez Colorado le adelantó el veto que la Comunidad pondrá a los seis nuevos barrios que pretende el PP.

La Consejería de Política Territorial decide este mismo mes si autoriza el plan municipal de vivienda que el Gobierno de Álvarez del Manzano ha aprobado en el Ayuntamiento. El proyecto residencial del PP se basa en diversos ensanches por el norte, el sur y el este de la ciudad para crear seis nuevos barrios donde se podrán levantar hasta 70.450 viviendas. El Gobierno de Joaquín Leguina tan sólo admite la mitad de los pisos y pone una. condición: que se reserve el 50% de las promociones para alojamientos de protección oficial. Pero el PP se niega a aceptar esta última oferta.

Las reuniones entre dirigentes socialistas y populares se han repetido en los últimos días sin resultado alguno. En una de ellas, dos expertos en urbanismo se pusieron de acuerdo para forzar un pacto urgente entre las dos instituciones para la firma del convenio sobre rehabilitación del casco histórico.

La próxima semana, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, el popular Luis María Huete, y el consejero de Educación y portavoz del Ejecutivo regional, el socialista Jaime Lissavetzky, tienen una cita para recuperar relaciones perdidas. "En julio decidimos crear muchas comisiones de trabajo para ir resolviendo los temas, pero la única que ha funcionado ha sido la referida a la ley de capitalidad. La reunión con el consejero de Educación es para ver si nos pegamos menos", explica.

También las negociaciones sobre la ley de capitalidad se han llenado de obstáculos en los últimos días. La propuesta del alcalde para capturar todas las competencias urbanísticas que hoy corresponden a la Comunidad ha recibido una tajante negativa del Gobierno de Leguina.

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