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Entrevista:

"El butrón es un trabajo como otro cualquiera"

Jan Martínez Ahrens

Arturo Gómez Vidal combina la libertad provisional con los achaques de la vejez. Fuma Ducados, tose enfermo -diabetes, artrosis y tromboflebitis- y gasta un grueso anillo de oro que le regaló una mujer de la que ya no se acuerda. Soltero "por necesidad del trabajo", el mayor especialista del robo más complejo añora sus golpes, pese a que niega su implicación en las causas que tiene pendientes. Es pobre y no se acuerda de cuántas veces pisó la cárcel.Pregunta. ¿Cómo empezó a ser butronero?

Respuesta. A los 40 años bajaba a las alcantarillas en busca de oro, monedas, cucharas de plata o lo que fuera de valor. Esas cosas salen por los desagües a una galería que desemboca en un hoyo donde el agua se estanca. Allí se queda lo que vale. Daba luz con un carburo y con una pala cribaba el fondo.

P. ¿Y qué pasó?

R. Pues como era albañil comencé a ver que allí podía aprovecharme de algo.

P. ¿Limpió durante mucho tiempo?

R. Yo he limpiado más alcantarillas que todo el Ayuntamiento de Madrid.

P. ¿Cómo está el subsuelo?

R. Las alcantarillas están fatal. No se cómo no se hunde la ciudad. Han hecho muchas casas nuevas con el desagüe de las viejas y las alcantarillas están en su mayoría inundadas.

P. ¿Hay butrones bonitos?

R. Algunos guardan una estética, salen limpios, sin aristas.

P. ¿Cuántos ha hecho?

R. Muchos, muchos, más de cien; pero no siempre salen donde uno quiere. Es un trabajo muy duro. Más de una vez sales cabreado porque has trabajado toda la noche para nada.

P. ¿Fue ése el caso del Banco Central de la calle de Santa María de la Cabeza?

R. En ése no participé. La acusación es falsa.

P. La policía asegura que usted es la persona que mejor conoce el subsuelo

R. Me conozco Madrid por abajo, igual que por arriba. La diferencia es que abajo hay calles cortadas sin oxígeno, donde no hay más que porquería y ratas.

P. ¿Cómo hacía sus primeros butrones?

R. A mediodía, cuando las oficinas y tiendas cerraban para comer. Entraba y robaba la recaudación de la mañana.

P. ¿Cómo se prepara un butrón?

R. Primero se mira por arriba la ubicación de los portales. Cada uno tiene un desagüe que siempre da al subsuelo, al sótano. Todo depende de la profundidad. A veces, el colector es paralelo al sótano de la casa y se trabaja de frente. Otras, el colector está por debajo. La duración del butrón depende de las paredes de las galerías, que pueden ser de hormigón o de ladrillo. Para trabajar hay que ponerse mono, botas, guantes de goma y llevar linterna. Se agujerea con maceta [mazo] y puntero. El agujero lleva al pozo negro del desagüe, cuya altura varía. Algunos tienen escalera; otros, no. Si el trabajo merece la pena se compra una escalera y se llega al tope del pozo. Si hay tapa, se levanta. En caso contrario, se rompe. Una vez dentro, se busca el dinero, las cajas fuertes o los despachos.

P. Los italianos tienen fama...

R. Son los números uno. He conocido a muchos, por descontado. Son los mejores en el uso de herramientas, tanto la lanza térmica como la espá [llave falsa] o el rififi [butrón de techo].

P. ¿Quién es el mejor butronero español?

R. La policía dice que yo. Pero no lo creo, cobro una pensión de 30.500 pesetas y no tengo casa... No hay mejores ni peores. A fin de cuentas es un agujero.

P. Es robar.

R. Es un trabajo como otro cualquiera, pero sin hacer daño.

P. ¿Y las nuevas géneraciones?

R. Me dan pena, están estropeando la sana delincuencia. Antes, la gente era más fina, no se mataba tanto. Ahora, la droga los arruina. No tienen cabeza para pensar, aunque algunos son fenómenos.

P. ¿Ha enseñado usted?

R. Sí, a varios. Te acompañan en el trabajo. Son conocidos de la cárcel o de la calle.

P. ¿Y qué les enseñaba?

R. Cómo se anda por abajo. Es peligroso. Las galerías desembocan en pozos de 14 metros. Te puedes caer.

P. ¿Es igual un atracador que un butronero?

R. He encontrado armas en mis robos y nunca las he cogido. Dan valor y si tienes un altercado puedes matar.

P. ¿Dicen que le han robado botines por ser viejo?

R. Me defendería antes de que me quitaran el botín. Me tendrían que matar por la espalda.

P. ¿Volvería a robar?

R. ¿En mi estado? Si tuviera 20 años menos volvería a dar un butrón. Ojalá. Nunca robas a un pobre. Robo a ricos, dinero que ellos roban a todo el mundo, a todos los humildes. ¿Si no, de qué se hacen ricos?

P. ¿A quién vota?

R. No voto, no puedo. Mi conciencia no me lo permite por haber sido delincuente. Un delincuente no puede pertenecer a un partido ni ocupar un puesto de responsabilidad. Y menos si hay dinero.

P. ¿Le han traicionado?

R. Mucha gente, sobre todo al ser mayor. Se apartan. No te llevan ni a la puerta a vigilar por si viene alguien. Yo lo hice con otros viejos, pero nadie lo hace conmigo.

P. ¿Qué le parece el butrón del Banco Central de hace dos semanas?

R. No tiene relación conmigo. Estudié el edificio, van extranjeros. Fueron ellos. Técnicamente, el golpe fue muy fácil, aunque estuvo muy bien dado.

P. ¿Cuál fue el más difícil?

R. El del Santander, del que soy inocente.

P. ¿Cómo le trata la policía?

R. Ahora, con consideración. Antes, con Franco, me daban mesa [tortura consistente en presionar hacia el suelo a una persona tumbada sobre una mesa baja con los riñones en las esquinas] y casco [colocar en la cabeza un casco y golpear con un bate de béisbol].

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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