Ocho guardias civiles investigarán posibles delitos de 'cascos azules' en Bosnia

MIGUEL GONZÁLEZ La Guardia Civil se prepara para incorporarse a la misión de la ONU en Bosnia-Herzegovina. El instituto tiene dispuesto un equipo de ocho agentes expertos en policía judicial para integrarse en una compañía multinacional anticorrupción, dependiente del jefe de las tropas de la ONU en Bosnia, el general Michael Rose.

La Guardia Civil ha preparado, a requerimiento del Ministerio de Asuntos Exteriores, "un grupo muy reducido de técnicos de policía judicial", que se encuentra ya listo para partir hacia Bosnia en cuanto reciba la correspondiente orden, según ha manifestado a EL PAÍS el jefe de la división de planes del instituto, general Carlos Rubio.El oficial y los siete sargentos se integrarán en una compañía anticorrupción, con competencia sobre toda la zona de actuación de los cascos azules, aunque los agentes españoles dedicarán especial atención a sus compatriotas. Las tropas de la ONU en Bosnia han sido acusadas de tráfico de armas y de drogas. En el caso de los españoles, se han producido acusaciones, no probadas, de compra de obras de arte en el mercado negro de Mostar.

El director general de la Guardia Civil, Ferran Cardenal, declaró ayer a este diario que se han pedido aclaraciones sobre la misión que cumplirían los agentes, para evitar interferencias con la policía militar adscrita a los distintos contingentes: "Si queda claro que su misión es de policía judicial, no habrá inconveniente en mandarlos", agregó.

En medios de la Guardia Civil no se oculta que la participación del instituto en la operación de Bosnia podría mejorar su imagen, como ha sucedido con la Legión. Desde junio pasado, 50 guardias colaboran al control del embargo a Serbia en el Danubio, la mayoría en Ruse (Bulgaria), pero su labor es casi ignorada por la opinión pública, ya que están lejos de la zona de riesgo.

El envío de los ocho agentes podría dar paso en el futuro a una mayor implicación de la Guardia Civil. Los planes de la Unión Europea prevén una fuerte presencia de personal no militar (técnicos, ingenieros, médicos, policías o empresarios) en la reconstrucción de Mostar. La Guardia Civil participa ya en misiones de la ONU en El Salvador, Mozambique y Suráfrica.

Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, anunció ayer que España responderá "afirmativa, pero simbólicamente" a la petición de la ONU de que se envíen más cascos azules a Bosnia-Herzegovína. En realidad, la decisión de pfoceder a un ligero incremento de las tropas obedece no sólo a la solicitud de la ONU, sino a la del batallón español, que ha multiplicado su trabajo tras el pacto entre musulmanes y croatas.

Nuevas tropas en Mostar

Según fuentes del Ministerio de Defensa, la nueva aportación española podría consistir en una unidad de localización de radar, dotada de cuatro camiones y unos 25 soldados, y una compañía de infantería, compuesta por unos 125 efectivos. Además, se reitera la oferta de hasta 10 nuevos observadores militares.

La unidad de localización se situaría en Mostar y permitiría identificar el origen de cualquier ruptura del alto el fuego, algo especialmente necesario en momentos en que la tregua entre musulmanes y croatas es muy frágil y no se conoce cuál será la reacción de los serbios, cuya artillería puede alcanzar la ciudad.

La compañía, aunque de reducidas dimensiones, multiplicaría la eficacia del batallón español. Hay que tener en cuenta que, aunque el batallón cuenta con 1.200 soldados, sólo tiene tres compañías para misiones operativas. La cuantía definitiva del refuerzo dependerá de los informes recabados por el jefe del Estado Mayor del Ejército, José Faura, que ayer concluyó una visita al contingente español.