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El mundo financiero descarta que las elecciones italianas puedan dar una mayoría absoluta

El 82% de los operadores financieros está convencido de que ninguno de los bloques -de derecha, centro e izquierda- que concurren a las elecciones generales italianas del próximo 27 de marzo logrará la mayoría absoluta. El dato, resultante de un sondeo realizado entre 102 agentes italianos y extranjeros del sector por encargo de Il Corriere della Sera, tiende a ser confirmado por las encuestas, directas de las intenciones de voto e implica que los pactos electorales vigentes se romperán tras los comicios para negociar nuevas agregaciones parlamentarias.

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El nuevo mapa político italiano saldrá, pues, directamneteEl nuevo mapa político italiano no saldrá, pues, directamente de las urnas ni probablemente quedará definido en esta convocatoria electoral regida por un sistema mixto -en el que únicamente el 75% de los diputados será elegido por el sistema mayoritario- y a una sola vuelta, lo que impide la agregación final del voto en torno a polos alternativos.

"Nuestra alianza durará hasta el 28 de marzo por la noche. Luego se contarán los votos y las cartas que cada cual tiene en mano para recomenzar el juego" ha declarado, en referencia a Forza Italia, Gianfranco Miglio, el politólogo de Umberto Bossi, líder de. la Liga Norte, que, por su parte, ha descartado cualquier posibilidad de formar Gobierno con la Alianza Nacional de Gianfranco Fini, el pacto meridional de Silvio Berlusconi. Del mismo modo, Achille Occhetto, líder del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), tiende a rechazar la posibilidad de integrar un Gabinete junto a uno de sus aliados actuales, Refundación Comunista.

Los bloques constituidos en Italia son poca cosa para ser considerados como embriones de partidos políticos, ya que se vertebran en torno a simples acuerdos electorales urdidos con prisa tras comprobarse, en las elecciones locales, que el nuevo sistema electoral favorecía a unas agregaciones en las que fue pionera la izquierda.

Sólo el centro ex democristiano, tejido finalmente sobre las aspiraciones a primer ministro de Mario Segni, tiene un programa de Gobierno.

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La izquierda y sobre todo la derecha acusan la dificultad de dar coherencia a unos bloques alimentados por la explosión de los partidos tradicionales. En Italia hay hoy democristianos de centro, de derecha (el Centro Cristiano Democrático) y de izquierda (los llamados cristianosociales). Socialistas de centro (como el ex primer ministro Giuliano Amato), de izquierda (lo que queda del Partido Socialista Italiano) y de derecha (el sector de Bettino Craxi, que, sigue a Forza Italia). Liberales de centro (el ex líder Valerio Zanone), e integrados en la Alianza Nacional de Fini. Republicanos de izquierdas (como el ex juez Giuseppe Ayala), aunque el grueso del Partido Republicano Italiano, con Giorgio La Malfa haya optado por el centro, prefigurando el voto de la gran empresa.

La polémica programática en la izquierda discurre, sobre todo, entre Occhetto y los comunistas separados de su PDS, que defienden la necesidad de gravar los bonos del Tesoro, tema impopular, así como la salida de su país de la OTAN.

La tensión en la derecha mina, en cambio, la esencia misma del bloque, dado que Bossi afirma encontrarse por pura necesidad junto a "reciclados" democristianos y a "fascistas". En la encuesta ya indi cada, los operadores financieros tienden a prever que una victoria de la izquierda daría más confianza a la Bolsa que el triunfo de la derecha.

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