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La policía desmantela una red de escuchas ilegales que espiaba a directivos de la editorial Anaya

La policía ha desmantelado una red de escuchas ilegales que operaba en Madrid, y especialmente en el seno de empresas de la editorial Anaya. Varios directivos del grupo, cuya presidencia honorífica desempeña Germán Sánchez Ruipérez, fueron espiados a través de micrófonos instalados en sus líneas telefónicas y en sus despachos. La empresa encargada del espionaje fue la agencia de seguridad Lince, que grabó conversaciones de altos cargos de Anaya con decenas de personas, entre ellos varios periodistas. La policía investiga si el trabajo fue contratado por la dirección de Anaya, por lo que podría tomar declaración a Sánchez Ruipérez. De momento ha sido detenido José Antonio Guisado Camacho, responsable de Lince.

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Apenas tres meses después de ser descubierta la trama de pinchazos que operaba en Barcelona, en la que intervenían ex guardias civiles y ex agentes del Cesid (Centro Superior de Información dé la Defensa), la policía ha descubierto en Madrid un nuevo grupo que utilizaba métodos ilegales para espiar a particulares, aunque en este caso no aparecen implicados ex miembros de los cuerpos de seguridad. La Unidad Central de Seguridad Privada, dirigida por el comisario Severino González Prieto, analiza estos días decenas de cintas magnetofónicas incautadas hace dos semanas en la sede de la agencia de detectives Lince, cuya sede está situada en el número 96 de la calle Valderribas, de Madrid,Buena parte de las cintas corresponden a conversaciones mantenidas por directivos de la empresa América Ibérica, participada por Anaya y situada en la calle Miguel Yuste, de Madrid. El espionaje al que fueron sometidos algunos directivos se produjo la pasada primavera y culminó con su salida del grupo editorial.Periodistas y concejal

En el caso de uno de ellos, según fuentes de la investigación, la mayoría de las conversaciones grabadas en poder de la policía se produjeron, entre finales de abril y comienzos de mayo de 1993. En ellas, el directivo habla con una decena de periodistas en relación con unos libros que les había encargado sobre acontecimientos de actualidad. Ese proyecto de libros rápidos había provocado la animadversión de otros directivos de Anaya, según personas conocedoras del caso.

La policía ha convocado estos días pasados a varios de los periodistas víctimas indirectas de este espionaje para que identificaran sus voces en las grabaciones telefónicas intervenidas. Julián García Candau, director del As; el comentarista Antonio Guerra, el crítico de cine Diego Galán y los periodistas de El Mundo Melchor Miralles y Ana Romero son algunos de los que aparecen en las cintas intervenidas en la sede de Lince.

En otra de las cintas figura una conversación de uno de los directivos espiados con Francisco Herrera, dirigente de Izquierda Unida y concejal de Madrid. En el diálogo, ambos se refieren a un libro sobre asuntos municipales que había escrito Herrera y que iba a ser editado.

Herrera, consultado ayer, se declaró "indignado" por lo ocurrido y expresó su intención de personarse en la correspondiente causa judicial, aunque él figure de forma colateral.

El citado concejal de IU fue convocado por la policía el pasado lunes para identificar su voz y ha anunciado que se pondrá en contacto con su grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados para exigir una modificación de la legislación vigente para que los espías ilegales sean castigados con penas superiores a las actuales [ese tipo de delito se castiga hoy con seis meses de prisión]. Herrera dijo apoyar totalmente la actuación policial en esta materia y que había expresado su ánimo de colaborar en la investigación.

Fuentes policiales han indicado que trabajan con la hipótesis de que las escuchas ilegales fueron contratadas por algún alto responsable de Anaya. De hecho, alguno de los implicados asegura que los espías, al menos tres, fueron autorizados a trabajar dentro de la sede de América Ibérica durante varios días consecutivos de la pasada primavera, lo que hace presumir que el espionaje se produjo desde despachos contiguos a los de los investigados.

Por ello, la policía tiene previsto llamar a declarar a Germán Sánchez Ruipérez -actualmente fuera de España, según personas de su entorno- y probablemente a otros directivos de la conocida editorial, una de las más importantes de España en el ámbito educativo.

Fuentes de la presidencia de Anaya señalaron ayer que la empresa Lince les sonaba "en relación con despidos, morosos o control de trabajo", pero que nunca fue contratada por la dirección de Anaya, sin descartar que lo fuera por alguna empresa del grupo. También indicaron que Anaya no tiene hoy relación con América Ibérica, aunque en el pasado estuvo participada por el grupo. Sin embargo, en el Directorio de Consejeros y Directivos (Dicodi) del año pasado, Sánchez Ruipérez Figura como presidente de América Ibérica.

Entre las conversaciones en poder de la policía también figuran otras grabadas hace meses a empresarios de otros sectores. Así, existen diálogos en los que intervienen directivos de una bodega riojana, Bodegas Rubí, de una empresa de guitarras y de una sociedad de Murcia. En total, superan la treintena los espiados y las personas que en algún momento entraron en contacto con ellos.

Bodegas Rubí produce vino de la Rioja con la marca Rubí. Tiene ventas por valor de 50 millones de pesetas. Su presidente es Fernando Olabarri.

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