_
_
_
_

La arrasada y dividida Mostar será gobernada por la Unión Europea

Ramón Lobo

La arrasada ciudad de Mostar, capital de Herzegovina, disputada por musulmanes y croatas, quedará bajo administración de la Unión Europea si se cumplen los puntos del acuerdo suscrito en Washington el pasado martes.Cuando estallaron los combates entre croatas y musulmanes en Mostar en la madrugada del 9 mayo de 1993, tras un mes de choques esporádicos, se encontraba en el centro de la ciudad una patrulla de los cascos azules españoles. Su misión era observar. Ante los primeros disparos recibieron la orden de salir inmediatamente de ahí para no que dar atrapados, o peor aún, se cuestrados por los bandos. La Agrupación Málaga, que era la que se hallaba en la zona, pasó a vigilar el enfrentamiento desde los montes sin poder intervenir en momento alguno.

Más información
El odio entre los bandos miles de muertos dificultan el plan de paz
El abandono del campamento de Jablanica reduce la zona de actuación de los 'cascos azules' españoles
Owen teme por la reacción de los serbios al compromiso
El acuerdo entre croatas y musulmanes deja pendientes la situación militar y los mapas

La ciudad quedó dividida en dos partes, separadas en el medio por el río Neretva. La Armija (Ejército bosnio de mayoría musulmana) obtuvo el control tras fieros combates de algunos barrios del sector Oeste, a los que alimentaba de armas y soldados a través del puente viejo, el Stari Most -que daba nombre a la ciudad-, construido en 1566 por los mejores arquitectos de Suleimán el Magnífico y destruido por los croatas en noviembre.

Victoria imposible

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La situación se enquistó en un empate difícil de romper. Ni los croatas poseían infantería para tomar el lado Este, al que torturaban con desproporcionados bombardeos, ni los musulmanes contaban con morteros suficientes para apoyar cualquier avance. Detrás de los dos, en el monte Vélez, los serbios han observado el cruento enfrentamiento entre sus antiguos enemigos.

Mostar, con mayoría de la población musulmana, ansiada por los croatas como la capital de Herzegovina y de su autoproclamado estado de Herzeg-Bosna, ha sido el símbolo de los cascos azules españoles. Su misión más arriesgada y en la que perdieron la vida dos tenientes: Muñoz Castellanos y Aguilar.

Sitiada, de dificil acceso y con un batallón español en Medjugorje, a 35 kilómetros, sin medios de transimisión para las grandes televisiones y agencias, ha sido injustamente olvidada durante meses por la prensa internacional, que ha preferido el brillo de Sarajevo.

Mostar, sin cámaras que denunciaran su destrucción, no fue objeto de atención especial por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Entre las zonas de seguridad decretadas por el Alto Organismo -Sarajevo, Srebrenica, Zepa, Gorazde, Tuzla y Bihac- nunca se encontró Mostar. Ni siquiera en los borradores previos a cada resolución. La única diferencia con aquellas era la etnia del sitiador. Los croatas, mejor relacionados que los serbios, poseen vínculos políticos e históricos con Alemania, su principal valedor en la Unión Europea, y con el Vaticano, su mentor espiritual.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_