Owen teme por la reacción de los serbios al compromiso
El mediador internacional en el proceso de paz para la antigua Yugoslavia, David Owen, intentó despejar ayer cualquier duda sobre el acuerdo alcanzado entre croatas y musulmanes el pasado martes en Washington para crear una federación entre las dos nuevas repúblicas de Bosnia-Herzegovina dejando claro que no está en contra de las negociaciones que se celebran en el marco de la conferencia de paz de Ginebra, "ni tampoco está visto como una alianza antiserbia". Owen hizo hincapié en las consecuencias que podría tener esta alianza si los serbios de Bosnia la consideraran como una provocación. "No creo que a nadie le gustara añadir más leña al fuego en las actuales circunstancias", subrayó.No es la primera vez que este tipo de solución se baraja en las mesas de negociaciones. En septiembre pasado, serbios y musulmanes bosnios ya alcanzaron un acuerdo por el que cualquiera de las repúblicas podría, mediante referéndum, secesionarse de la nueva Unión, siempre y cuando hubiera una clara delimitación territorial, recordó Owen. El mediador indicó que por razones económicas era más "razonable" que croatas y musulmanes trabajaran juntos, esencialmente por el acceso al mar.