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La tortuosa carrera por las imágenes del futuro

Estados Unidos, por delante de japoneses y europeos en la televisión de alta definición

De repente, 30 años de investigación e inversiones en la llamada televisión del futuro o cine en casa parecen haberse tirado por la borda. Japón, único país que hasta ahora ha bía comercializado, aunque tímidamente, la televisión de alta definición, ha decidido dar un vuelco a su sistema, considerado caduco, y se ha apuntado a la moda de la digitalización, que permitirá más calidad de imagen y sonido y mayores prestaciones. Estados Unidos, con su sistema digital de alta definición a punto de ser presentado en público, se perfila ahora como el país mejor situado en esta carrera sembrada de obstáculos.

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Está en juego el reparto de un pastel que moverá en los próximos 10 años varios billones de pesetas (los más optimistas citan en torno a 150), ya que habrá que cambiar prácticamente todos los equipos transmisores y receptores. La batalla por la nueva televisión, coprotagonizada por los tres sistemas de Europa, Estados Unidos y Japón, ha adquirido un nuevo giro.La decisión de Japón tendrá, en opinión de los expertos, una inmediata repercusión entre los gigantes japoneses de la electrónica -Sony, NEC, Matsushita- que estaban embarcados en este proyecto, llamado Hi-Vision, en el que han invertido un billón y medio de pesetas. A los directivos de la industria electrónica europea no les ha sorprendido, sin embargo, el cambio. Hace tiempo que habían observado movimientos hacia un apoyo a la tecnología digital.

"Es verdad que puede suponer un serio perjuicio para la industria electrónica japonesa", señala el experto español José Luis Tejerina, "pero estoy seguro de que no les ha pillado de sorpresa". Tejerina es miembro del comité de dirección del proyecto de televisión digital de alta definición europea DVB (Digital Video Broadcasting). "Tengo constancia de que la NHK (cadena pública japonesa que aglutina al sector privado en el proyecto) está investigando la televisión digital desde hace tiempo", añade.

20.000 usuarios

Los fabricantes japoneses, con fuertes componentes multinacionales, y los 20.000 usuarios que han comprado desde 1990, año de su comercialización, un receptor por un millón y medio de pesetas para poder ver nueve horas diarias de programación se han manifestado poco entusiasmados con la idea de tener que reconvertirse.Para el cambio se esgrimen razones comerciales, además de las tecnológicas y estrictamente comunicativas de calidad. "No podemos convertirnos en una país aislado por el hecho de tener un sistema de televisión distinto y no compatible con el resto del mundo", ha dicho un alto cargo de política de telecomunicaciones de Japón. "El futuro es digital y hemos de estar en esa línea", manifestó a la prensa internacional Akimasa Egawa, del Ministerio de Correos y Comunicaciones de Japón.

Pese a las protestas, que han supuesto una cierta marcha atrás en la implantación del nuevo sistema, los responsables de las telecomunicaciones continúan dispuestos a adoptar la transformación. Un comité especial estudia desde hace un año las ventajas de la digitalización, y en el próximo mes podría hacer públicas sus conclusiones. Este comité considera que la digitalización aplicada a los servicios de teledifusión convertirá a Japón en uno de los países con mejor infraestructura informática del mundo.

Japón ha pasado, por ahora, de encabezar el desarrolló de la "nueva generación de televisión" a ponerse a la cola. Algo que era inimaginable hace tan sólo cinco años. En esta larga y tortuosa lucha por la televisión de alta definición están en juego los royalties de la nueva tecnología y también una vasta industria de microprocesadores, ordenadores, equipos de vídeo Y toda la industria de la producción. "Admitimos que nos habíamos montado en un caballo equivocado", ha señalado con cierta amargura un alto funcionario de Ias telecomunicaciones japonesas.

La 'gran alianza'

Estados Unidos, último país en incorporarse al desarrollo de la televisión de alta definición y que estuvo coqueteando con el sistema japonés Hi-Vision (1.125 líneas de definición) e incluso con el inicial europeo basado en la norma HDMAC (1.250 líneas), se perfila ahora como el más preparado para conquistar el mercado, a pesar de que su "proyecto de televisión digital de alta definición" todavía se está "cociendo" en la caldera de la experimentación.

La Administración norteamericana apoyó hace un año el proyecto presentado por varias empresas de la electrónica. Se creó un grupo de industrias que finalmente desembocó en la llamada gran alianza, integrada por Zenith, AT&T, General Instruments, Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Philips, Thomson y David Zarnoff (con RCA y NBC, entre otros). Los promotores de esta iniciativa, que está esperando las bendiciones finales de la todopoderosa Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), confían en poder comenzar las pruebas experimentales a gran escala antes de finales de este año. Después de ese primer año de funcionamiento en circuito cerrado, la comercialización del sistema podría llegar a partir de 1997. Se ha aventurado ya un precio del aparato receptor: entre 350.000 pesetas y el medio millón.

En segunda posición están situados los europeos. Comenzaron su carrera en 1986 para río depender de la tecnología japonesa cuando Japón anunció que tenía su sistema disponible. El sistema europeo de alta definición, no era inicialmente digital ni compatible con el sistema japonés. El año pasado Europa dio el cambio de tuerca y se apuntó a la digitalización. El futuro de la televisión de alta definición europea descansa en estos momentos en el grupo Digital Video Broadcasting (DVB), que tiene 115 miembros (empresas públicas y privadas de la electrónica, los satélites y del sector audiovisual).

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