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AMENAZA A LA PAZ EN PALESTINA

Arafat acepta con condiciones la reanudación el diálogo de paz

La plana mayor de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) discutía anoche en Túnez fórmulas para impedir que la furia árabe elimine políticamente a Yasir Arafat y dé el tiro de gracia al proceso de paz en Oriente Próximo. Mientras, el veterano líder de la OLP decidía aceptar "con condiciones" la reanudación del diálogo directo palestino-israelí. "Aprobamos y apreciamos la invitación del Presidente Bill Clinton" para mantener conversaciones en Washington la próxima semana, declaró anoche un Arafat arrinconado entre la presión norteamericana y la ira palestina.

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Líderes de la OLP acudieron a la capital tunecina para una sesión de emergencia que se perfila como el foro para una de las más Cruciales decisiones de la historia Palestina. En vísperas de esas consultas, las perspectivas de un compromiso entre quienes desean salvar el proceso y los que quieren linchar a Arafat tras la matanza de Hebrón eran francamente sombrías.Frente al dilema más grave de su azarosa vida política, Arafat optó por dar un sí con condiciones a la continuidad del proceso ole paz y aceptó la invitación del Presidente estadounidense para que se reanude en Washington, la próxima semana, el diálogo árabe-israelí. El líder palestino no matizó si sería él personalmente quien acudiría a la cita, que en un principio le marcó la Casa Blanca para que diera, junto con el primer ministro israelí, Isaac Rabin, un nuevo impulso a la dificil paz de Oriente Próximo.

"Necesitamos dar a nuestro pueblo seguridad y protección. Al mismo tiempo esas bandas armadas y esos colonos armados deben de ser desarmados porque de lo contrario se convierten en bombas de relojería", declaró un Arafat consciente de que poderosos sectores palestinos pueden provocar el colapso de la OLP.

El veterano dirigente político sabe que no faltan palestinos dispuestos a eliminarle físicamente. Pero sucumbir a las presiones de los que ya no creen en el proyecto de paz con Israel y suspender las negociaciones, sería el punto final a la efímera trayectoria de Arafat como estadista reconocido y la aceptación de su fracaso político. De ahí, que no se diera por vencido.

"El Gobierno israelí debe de tomar medidas urgentes y concretas para ayudar al proceso de paz y la puesta en práctica honesta y exacta de lo que se ha acordado hasta ahora", añadió Arafat que, con su característica astucia, envió señales a ambos lados. Cuidó con especial esmero aquellas que intentaban aplacar a sus numerosos críticos palestinos. Para ello, convocó a Túnez a todos los delegados que participan en los actuales foros de conversaciones con Israel en Washington, París y El Cairo.

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Samir Gushe, miembro del comité ejecutivo de la OLP, confirmó la cita en Túnez con los negociadores palestinos, pero no dijo explícitamente si esa medida implicaba una suspensión de las conversaciones. "Todo es posible", fue su lacónico comentario.

Pocas horas después de la matanza de los 45 palestinos en la mezquita de Ibrahim en Hebrón, Arafat declaró que las negociaciones con Israel habían "perdido credibilidad". Pero ya no es Arafat sino más bien la reunión de Túnez la que tendrá que pronunciar la última palabra de la estrategia palestina.

La OLP tenía anoche la mirada puesta en las deliberaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde había conseguido su primera victoria. Los países islámicos, a petición de la OLP, promovieron una resolución de condena a Israel y Washington, que abanderaba sólo una "declaración" a propósito de la matanza, cedió.

De hecho, la OLP ya ha elaborado una lista de demandas para seguir negociando con Israel. Su posición se ha fortalecido con la sangre de las. víctimas de la matanza, pero si algo claro podía deducirse anoche es que el Gobierno de Rabin no va a dar su brazo a torcer. La OLP quiere, entre otras cosas, que Israel desarme inmediatamente a los aproximadamente 120.000 colonos judíos y que permita el desplazamiento de una fuerza internacional para proteger a los palestinos que viven bajo la ocupación..

"Tras la matanza de Hebrón, lo que está en la agenda es la cuestión de seguridad para los palestinos, no la seguridad de Israel", dijo Samir Gushe, el dirigente palestino. "Lo hemos dicho mil veces: Los asentamientos y los colonos armados son el principal obstáculo para la paz. Rabin tiene que decidir si lo que quiere es paz o colonos armados", agregó.

Faisal al Husseini, el destacado dirigente palestino de Jerusalén, confirmó ayer que la cuestión de los asentamientos ha sido catapultada al primer renglón de la agenda palestina. Otros líderes palestinos están abogando además por la inmediata liberación de los aproximadamente 9.000 prisioneros palestinos y el desmantelamiento inmediato de todas las colonias en los territorios ocupados.

Rabin ha convocado a su Gabinete para su sesión de urgencia a lo largo del día de hoy. Pero las presiones palestinas no tendrán gran influencia en sus decisiones.

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