La industria alemana puede perder 580.000 empleos hasta mediados de año
La conflictividad en la negociación. colectiva del sector metalúrgico alemán amenaza con extenderse a los principales campos de producción, el sector público y el bancario, que utilizan el convenio del metal. como referencia para los suyos. La patronal ha anunciado que si continúa el actual clima podría recurrir al instrumento del cierre empresarial.
Por otra parte, según una estimación de la Oficina Federal de Empleo, la industria alemana podría perder 580.000 puestos de trabajo en el periodo que va de mediados de 1993 a la mitad de 1994. Aunque las pequeñas empresas generan empleo, las grandes reducirán el 41/o de sus trabajadores.
350.000 trabajadores de la metalurgia participaron ayer en huelgas de advertencia, de diversa duración, en protesta por la ruptura de las negociaciones con la patronal. Desde que comenzaron las acciones, hace tres semanas, más de 1.500.000 trabajadores han secundado la convocatoria del sindicato IG-Metall.
Las acciones del jueves se extendieron a los principales Estados industriales y a Berlín, cuyo tejido industrial ha sufrido un deterioro alarmante desde la reunificación en 1990. Un portavoz del sindicato IG-Metall ha manifestado en Berlín que el objetivo de las protestas actuales es "forzar a los empresarios a volver a la mesa de negociación". La patronal, que pretende reducir los costes en el 10%, propone congelación salarial, supresión de las pagas extraordinarias e incremento de la jornada laboral, mientras los sindicatos piden una subida del 5%, negociable a cambio de garantías de mantenimiento del empleo.
Los 3.400.000 trabajadores del sector público alemán están a la espera de las decisiones del metal para seguir adelante en la negociación de su convenio, estancada en la tercera ronda. El sindicato ÖTV ha amenazado con convocar una huelga en los próximos días en el caso de que la patronal insista, como la del metal, en la congelación de salarios.
Por otra parte, el consejo de ministros decidió ayer dar luz verde a una serie de planes de privatización de empresas públicas, entre ellas correos, ferrocarriles y las líneas aéreas. Según los planes presentados al gabinete por el ministro de Hacienda, Theo Waigel, la compañía Lufthansa debe ser privatizada en el más breve plazo posible.
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