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La dura vida del 'boina verde'

Un joven que desertó de la COE de Palma de Mallorca relata la crudeza del trato en el cuartel

David Molina de 20 años, hace 10 meses que se cansó. Desertó de la COE (Compañía de Operaciones Especiales) de Palma de Mallorca y denunció a la prensa las presuntas vejaciones a las que le sometían sus superiores, que ahora han reiterado en masa otros 18 jóvenes. "El oficial responsable de la COE en Palma, capitán José Navarro, era muy distante; casi no tenía contacto con los soldados. Además, el conducto reglamentario impide dirigirse a él para quejarse", explicaba ayer."Un día y otro", señaló David, "si los veteranos o cabos consideraban que nos desviábamos o perdíamos el ritmo de la formación nos pasaban por el túnel de lavado de camiones. Quedábamos empapados, tiritando de frío, sin poder cambiarnos". David recuerda: que una vez un capitán de una unidad vecina observó los hechos y recriminó al responsable.

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De noche, según su versión, las tropelías se sucedían en los dormitorios. Él cree que tanto el sargento de guardia como otros mandos conocían los malos tratos y las novatadas. Alguno de los integrantes del grupo de 18 han aseverado que fueron vejados y golpeados en presencia de oficiales y suboficiales.

Servir en las duras COE implica pasarse buena parte de los nueve meses de mili de maniobras y ejercicios:, teoría de guerra, tiro, gimnasia, resistencia, tablas de combate, reptar, lanzarse desde un acantilado, saltar desde camiones en marcha...

"No todo el mundo podía resistir", añade. A otro antiguo soldado que estuvo en la COE en 1993. "A un compañero que había tenido problemas con la droga le echaron porque se tomó un paquete de pastillas tras negarle la posibilidad de dejar la compañía", añadió. Ayer, por el contrario, dos soldados licenciados de la compañía afirmaron en Palma que jamás había habido malos tratos.

Un violento ritual que se sigue en la compañía, que varios de los 18 soldados huidos han descrito, es el llamado bautizo del cabo. Un veterano golpea con un puño en el pecho a los soldados para valorar su aguante. Los fugados entregaron una foto en la que se reproduce este episodio.

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Los guerrilleros de la COE de Palma -lo que queda de la compañía tras la fuga de los 18 soldados- salieron ayer de maniobras fuera del cuartel, siguiendo el programa de instrucción previsto. El grupo de fugados, ahora bajo arresto disciplinario, debía participar en los ejercicios de supervivencia en la montaña, cuya salida estaba prevista par a primera hora del lunes. Cinco horas antes de diana, burlaron la guardia de la base militar para abandonar su destino y contactar con una emisora de televisión antes de entregarse en el Gobierno Militar.

El capitán José Navarro reside en la ciudad y viaja en bicicleta hasta la base vestido con ropa deportiva. El lunes se mudó y se trasladó en jeep hasta la asesoría jurídica de Estado Mayor de la Zona Militar para narrar durante su versión de la escapada.

"Las maniobras mal, muy mal, se regresaba con varios soldados heridos al cuartel, alguno con un hueso roto", explica David Molina, quien reconoce que sólo resistió hasta la fase de preadaptación. Más tarde viene la adaptación, el trato prisionero, capturas, infiltraciones, rescates, supervivencia, marchas nocturnas, ejercicios tácticos propios de un cuerpo de trabajos en la vanguardia cerca de la línea de fuego y en campo enemigo.

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