Artistas eternamente 'naïf'
Los monos tienen igual creatividadque los niños menores de tres años,según una reciente investigación
Los niños y los monos tienen dotes innatas artísticas comunes y, durante algunos años, un desarrollo creativo paralelo, de acuerdo con las últimas investigaciones. La prueba se expone en el zoológico de Amsterdam, donde se pueden contemplar más de 30 dibujos hechos por simios en Alemania, Bélgica, Francia, Reino Unido y Holanda. La exposición es también una revisión de los resultados de las investigaciones realizadas desde los años cincuenta hasta nuestros días.Los estudios han demostrado que los primates, al igual que los niños, comienzan por pintar garabatos aislados en varios puntos de la hoja, después tienden a rellenar todo el papel y unos meses más tarde colorean las figuras que sus padres o cuidadores les ponen delante. También sus preferencias por los colores son semejantes. Les gustan los amarillos vivos, rojos y azules. "En un estadio más avanzado empiezan a hacer puntos y lograr cerrar un círculo", explica Ignace Scretlen, investigador, artista y promotor de la exposición. Sus experimentos en los últimos 10 años le han llevado a concluir que monos y hombres nacen con un talento creativo igual. Su evolución artística simultánea desaparece cuando, cerca de los tres años, los niños comienzan a dibujar figuras de animales personas y cosas. "Los monos, a diferencia de los niños, nunca abandonan el estilo na¿f", dice Scretlen.
Creatividad biológica
Sus investigaciones se basan en estudios que se remontan a principios de este siglo, cuando el director del zoo de Berlín descubrió de forma casual que los chimpancés podían garabatear. Uno de estos animales pasaba horas en su oficina y cuando vio cómo su hijo dibujaba utilizando sus pinturas comenzó a imitarle.Durante años se observó el comportamiento artístico de los primates, hasta que a finales de los cincuenta el zoólogo británico Desmond Morris profundizó en las comparaciones con los dibujos de los niños. Concluyó que para los dos dibujar es una forma de comportamiento que no requiere ni castigo ni retribución, algo absolutamente excepcional en los comportamientos primitivos.
En su libro Biology of art, Morris habló por primera vez de la "creatividad biológica", refiriéndose al sentido artístico con el que primates y hombres nacen.
Sus teorías dejaron en el aire una pregunta: si los primates tienen un sentido artístico, ¿por qué no lo manifiestan de forma espontánea? La respuesta de Perogrullo la dio en los años ochenta el filósofo belga Thierry Lenain: los simios carecen de los útiles necesarios y de una superficie perfectamente delimitada donde manifestar su creatividad. Nunca pintan las mesas o las paredes; dejan inmediatamente de dibujar cuando se les retira la hoja de papel.
En este punto retomó Scretlen las investigaciones. Experimentando con diferentes tipos de primates llegó a la conclusión de que desde un punto de vista artístico el chimpancé está muy cercano al hombre. "Su proximidad creativa es mayor que la existente entre el chimpancé y el gorila, y el orangután se mantiene mucho más lejano", asegura Scretlen.
Realizó sus últimas investigaciones con bonobos, una especie de primates existente sólo en el Zaire y la más semejante al ser humano. El bonobo logró hacer puntos, lo que equivale al desarrollo creativo del niño de tres años. Llegado a este extremo, Scretlen vio que el paralelismo se detiene.
Las razones son principalmente de carácter físico", explica. La anatomía y la fisiología de la mano y del resto del brazo determina los primeros garabatos de los monos y de los niños. Los primates están físicamente imposibilitados para unir sus dedos pulgar e índice.. "Un niño de hasta tres años coge el lápiz cerrando el puño. Si un adulto lo coge igual hace con toda seguridad dibujos infantiles", dice Scretlen.
También la diferente evolución en el cerebro del niño a partir de los tres años desempeña un importante papel en el distanciamiento entre ambos. "A pesar del desarrollo en la creatividad del niño, hay indicios para creer que manifestaciones primitivas de la pintura, como la tendencia a garabatear con forma de lazo o a comenzar a pintar en el centro de una hoja, se pueden encontrar en los adultos", explica Scretlen. Para demostrarlo, sus nuevos experimentos analizan los dibujos intuitivos del ser humano, el crear por el crear. Una nueva exposición permitirá conocer en un año nuevas conclusiones.
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