Yeltsin presenta la evacuación como un éxito personal
El presidente ruso, Borís Yeltsin, continuó ayer sus esfuerzos por encontrar una solución pacífica a la crisis de Bosnia-Herzegovina, después de que el jueves obtuviera lo que considera una importante victoria personal y diplomática al lograr que los serbios bosnios aceptasen retirar su artillería pesada de los alrededores de Sarajevo. Ayer, advirtió a Francia que las consecuencias de un ataque aliado serán horrorosas y su emisario, Vitali Churkin, indicó a la OTAN que debe quitarse de la cabeza la idea del ultimátum. Moscú desea convocar para la semana entrante una nueva conferencia internacional sobre Bosnia.Cuando aún no se habían apagado los aplausos de los políticos nacionalistas rusos, el viceministro de Exteriores y verdadero muñidor del acuerdo, Churkin, advirtió de los nuevos peligros que acechan al proceso de paz. El principal, a su juicio, que un ataque de la OTAN conduzca irremediablemente a una guerra abierta. Churkin se felicitó ayer, a su regreso a Moscú, de que sea "la iniciativa rusa la que ha permitido resolver la crisis que en las últimas semanas se había desencadenado alrededor de Sarajevo".
[Un tercio de los 400 cascos azules rusos, estacionado en Eslavonia occidental (Croacia), ya han iniciado la marcha hacia Sarajevo, según declaró ayer en Nueva York Álvaro de Soto, consejero político del secretario general. La totalidad de los soldados rusos deberán estar en la capital bosnia antes del lunes.]
Horrorosas consecuencias
Yeltsin habló ayer por teléfono con el canciller alemán Helmut Kohl sobre la situación en Bosnia y subrayó la necesidad de que Occidente realice ahora "una enérgica labor con las otras partes de Bosnia azotadas por el conflicto" para alcanzar así una rápida solución global, informó el sevicio de prensa del presidente ruso. El embajador ruso en París hizo llegar al presidente François Mitterrand una "advertencia sobre las consecuencias de un ataque aéreo, que [Yeltsin] cree que tendría horrorosas consecuencias", según un portavoz del Elíseo.La decisión de enviar soldados rusos a Sarajevo fue apoyada en Moscú por los diputados nacionalistas, que ven en ella un reforzamiento de las posiciones serbias. Alexandr Nevzórov aplaudió la "nueva política" rusa y se pronunció por la retirada de todas las tropas extranjeras de Yugoslavia, a excepción de las que allí tiene Rusia. "Hay que reforzar a los serbios hasta el extremo de hacer desaparecer la posibilidad de la guerra... comprendo que se trata de un método cruel, pero muy eficaz de resolver los conflictos: el más fuerte debe imponerse", dijo.
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