El Liceo y la burguesía o el Ateneo y el pueblo
Algunas veces nos excedemos. Otras no llegamos: cuando ahora son tantos los que, conturbados -como todos lo estamos- por el incendio del Liceo, aseguran que contribuyendo a su reconstrucción se rinde homenaje al pueblo catalán, se exceden, porque el Liceo, como la afición a la ópera, no fue nunca cosa de aquél ni de ningún otro pueblo. El Liceo tiene que ver con la burguesía catalana. La alta burguesía industrial y mercantil, algunas de cuyas pechugonas enjoyadas tal vez ahora se tomen con alivio un respiro tras tantas arias.En Madrid -y prácticamente nadie habla de ello-, el Ateneo tiene un vivir agónico.
Escaso de recursos, sufriendo el pillaje de sus bienes, divididos los pocos socios que por su suerte se preocupan por enconadas y a menudo personalísimas cuestiones personales, acaba de ver cómo el actual Ayuntamiento le niega subvenciones que le son absolutamente necesarias. Y nadie canta loas a una insititución cultural que, cobijo de intelectuales, sí que sirvió bien la causa de este pueblo.
No sólo, desde luego, el de Madrid, aunque Madrid tanto le debe.-
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