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FERIA DE VALDEMORILLO

Cogida menos grave de Raúl Alcalá

El tercer novillo alcanzó a Raúl Alcalá cuando consumaba el volapié y le pegó una cornada. Un chorro de sangre empapaba la taleguilla cuando el torero se incorporó y pretendía saludar al público, convencido de que el estoconazo le hacía acreedor al triunfo. Las asistencias se lo llevaron apresuradamente a la UVI móvil que se encontraba junto a la plaza y allí le operó la herida el cirujano Máximo García Padrós. Una hora después lo trasladaban en ambulancia a una clínica madrileña, donde permanece ingresado.El estoconazo le valió al valiente torero las dos orejas, que paseó la cuadrilla en una calurosa vuelta al ruedo. Pero ciertos rasgos de la faena de muleta contribuyeron también al triunfo, porque Raúl Alcalá toreó ceñido al encastado novillo, y esa decisión contrastaba con las precauciones absolutamente injustificadas que se habían estado tomando sus compañeros de terna.

Mayalde / Romero, Trueno, Alcalá

Novillos del Conde de Mayalde, sospechosos de pitones, inválidos, pastueños. Jesús Romero: pinchazo, media y tres descabellos (silencio); dos pinchazos hondos, media, dos descabellos -aviso con dos minutos de retraso- y dos descabellos (silencio); pinchazo hondo (oreja). El Trueno: dos pinchazos, dos descabellos -aviso con retraso- y dos descabellos (silencio); media baja tendida atravesada, pinchazo hondo trasero tendido -aviso con tres minutos de retraso- y descabello (silencio). Raúl Alcalá: estocada saliendo cogido (dos orejas). Enfermería: Alcalá sufre cornada menos grave con dos trayectorias que contusiona el fémur y atraviesa el muslo causando grandes destrozos.Plaza de Valdemorillo, 7 de febrero. Cuarta corrida de feria.

La novillada transcurría aburridísima, esa es la verdad, pues Jesús Romero y un joven inexperto apodado El Trueno se ponían a mantear derechazos, como si les hubiera dado un ataque, y eran incapaces de sacarles faenas de mediano fundamento a unos novilluchos despitorrados, inválidos y boyantitos hasta la sumisión infinita. "¿Qué quedrán?", se preguntaban aficionados castizos. Porque menos toro no lo podían pedir. Sólo al final se decidió Jesús Romero a torear con la izquierda, sacó cuatro garbosas tandas de naturales, y al sorprendido público le complació mucho este alarde novedoso.

Sin embargo quienes de verdad le alegraron las pajaritas del alma fueron los Linos. Ocurrió en el tercer novillo. Los hermanos Lino se hicieron presentes en banderillas y hubo un rumor de expectación: "¡Silencio, que vienen los Linos!, avisaba la afición experta. Fue por delante Felipe Lino, hizo así, sacó pecho, estiró el cuerpo, ganó la cara del toro y le prendió un soberano par en los rubios; Angelino Lino lo mejoró a continuación; su hermano cerró el tercio echando el resto, y la plaza entera determinó afiliarse al linismo en el acto.

Los Linos, que parecen mellizos e incluso vestían ternos similares azul y azabache, son chiquitos pero matones y en torería no hay quien les gane. Los hermanos Lino / suma de torería y majeza / dejan al toro de una pieza / tras banderillearlo con tino. Cuando daban la vuelta al ruedo mostrando las orejas que había ganado Raúl Alcalá, gravemente herido al cobrar la estocada, buena parte de los aplausos era para ellos. Y algunos aficionados hasta les componían odas.

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