El escultor Jaume Plensa monta una instalación con 38 puertas de hierro
'Wonderland' pone al espectador frente a un "espejo negro"
El escultor catalán Jaume Plensa, de 38 años, presentó ayer en la galería Gamarra Garrigues, de Madrid (Doctor Fourquet, 12) la instalación Wonderland, compuesta por 38 puertas de hierro, fundido y un dibujo circular de papel vegetal con poliester. Al artista le interesa las reacciones del espectador al verse en el recorrido frente a un "espejo negro, donde no hay nada detrás para mirar".
Son 38 puertas de 250 kilos cada una y 60 centímetros de ancho, el mismo número de la edad de Jaume Plensa para permitir el imposible paso del artista, que tras ocho años de ausencia de Madrid vuelve con una síntesis de sus preocupaciones artísticas, que ha mostrado recientemente en Francia y Reino Unido. Puertas de salida empotradas en la pared donde el otro lado está en la imaginación del visitante.La memoria gemela, el fragmento, la cavidad, la palabra, el hierro, la luz, son algunos conceptos y elementos del trabajo artístico de Jaume Plensa. "Wonderland es el lugar donde se pierde la proporción, la medida. Es un símbolo del rito del pasaje. Surge de una obsesión con la memoria gemela y la transformación a través del agua que ocuparon unas muestras recientes. Otra forma de transformación era el rito del pasaje que llevaría a la puerta, como una cultura del tránsito".
Plensa había estudiado el espacio de la muestra para fijar los dos conjuntos de su instalación. "En la exposición, lo que podía enseñar estaba fuera de la galería, en la mente de cada uno de los espectadores. Es una muestra que genera silencio, muy personal, por la relación con la puerta, donde cada uno espera una cosa distinta. En la puerta todo está en el otro lado y en la zona del dibujo hay que recorrerlo físicamente y seguir las letras que forman la palabra rêve (sueño) sobre una superficie que recuerda una partitura o un piano. Es la misma idea en dos lugares distintos
Hay puertas en Magritte, en Duchamp, pero Plensa prefiere su escultura "emotiva, muy física" que se presenta como un espejo negro y una bombilla "como punto de atención para mirarte en el espejo" y para definir el volumen del espacio, con los cables que siguen la orografía del techo. Como artista, le gustaría que las 38 puertas tuvieran 38 dueños distintos para reunirlas después en una "memoria compartida". Espejo y agua se han unido en la instalación de la fuente milagrosa que ha presentado esta semana en la Fundación Henry Moore, en Halifax (Reino Unido), con 120 toneladas de tierra negra, "una transformación a través de cuerpo y las enfermedades", mientras el museo de Módena prepara una antológica con sus piezas basadas en la luz, que surgieron con la luz del hierro líquido. "Para hacer una escultura muy emotiva necesito ser muy físico con las cosas. Aquí la obra incide en otro aspecto de la emotividad que es. la ensoñación. Soy físico, soy tierra, pero siendo fiel a la materia. Es posible contar toda la modernidad dentro de su origen". Añade que la actual es una época "magnífica para ser artista".
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