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Una mujer pierde la visión en un ojo tras recorrer siete hospitales para que la operasen

La odisea de Purificación Fonseca por evitar que la ceguera se apoderase de su ojo derecho chocó con las listas de espera. Esta mujer, de 67 años, acudió al Doce de Octubre porque una nube taponaba su visión, aunque le permitía ver algo. Los médicos alegaron "problemas técnicos en los quirófanos" y la enviaron a su casa. Una operación urgente era la única manera de detener su desprendimiento de retina. Como su ojo empeoraba, Purificación recorrió siete hospitales pidiendo que la curasen. Al final fue intervenida en una clínica privada, pero ya era demasiado tarde.

Por la pérdida del ojo, un juez de lo Social de Madrid condenó a fines del año pasado al Instituto Nacional de la Salud (Insalud) a que indemnizase a Purificación con 1,5 millones de pesetas. En su sentencia, el magistrado entiende que hubo "una desatención por parte de los hospitales de la red sanitaria pública". Deja bien claro "que el retraso" en operarla fue "decisivo" en la "pérdida de visión del ojo derecho".Expertos en oftalmología explicaron en el juicio que un desprendimiento de retina puede esperar sin problemas varias semanas antes de llegar al quirófano. El juez, sin embargo, es taxativo: el cuadro que presentó Purificación "no era un supuesto habitual". Debió entrar al quirófano "con prioridad absoluta; máxime", explica el magistrado, "cuando los distintos servicios hospitalarios que visito la enferma [recorrió siete hospitales] observaron la pérdida progresiva de su visión".

Asistencia inadecuada

El Insalud reconoció en un informe fechado en mayo de 1990 que "el sistema de Seguridad Social" no había prestado la "adecuada asistencia" a esta enferma.La odisea de Purificación por los hospitales madrileños comenzó el 7 de noviembre de 1990. Ese día notó que una especie de nube limitaba la, visión de su ojo derecho. Y se presentó en las urgencias del Doce de Octubre. Tras serle diagnosticado un desprendimiento de retina, los médicos le advirtieron que el quirófano era la única solución. Pero debía esperar en casa "por problemas técnicos", le dijeron. Acababa de empezar su calvario.

Purificación acudió el día 8 al Ramón y Cajal. Notaba que su ojo empeoraba. Los médicos del Ramón y Cajal se limitaron a confirmar su lesión y la remitieron al Doce de Octubre, su hospital de referencia.

Tres días después, el 11, Purificación contó a inspectores del Insalud la progresión de su enfermedad y la necesidad de que la operasen. Éstos la remitieron de nuevo a las consultas externas del Doce de Octubre, en las que volvió a escuchar lo que ya sabía: "Hay problemas técnicos en los quirófanos". No obstante, le dieron luz verde para que fuese a cualquier otro hospital de Madrid. Ese mismo día se acercó al Puerta de Hierro, cuyos facultativos le comentaron lo mismo que le habían dicho los del Ramón y Cajal.

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El día 13 se presentó en el Gregorio Marañón. Los oftalmólogos le repitieron que sufría un desprendimiento de retina y que precisaba una intervención quirúrgica urgente. Sin embargo, en el Marañón había una lista de espera de 15 días. "Vaya al Clínico de San Carlos".

Cuando la mujer llegó al Clínico, el 16 de abril, su ojo derecho ya no percibía ninguna luz. Los facultativos del Clínico entendieron que, en esas circunstancias, no valía la pena intervenirla. El quirófano resulta estéril si la pérdida de visión es total, según los peritos médicos que declararon en el juicio.

Clínica privada

Totalmente desesperada, Purificación preguntó en la clínica privada Barraquer sobre las posibilidades de recuperar su ojo. Le dieron alguna esperanza. Por eso, se presentó en el Insalud con la intención de que este organismo sufragase la operación. Sus mareos aún no habían acabado.El Insalud remitió a Purificación a La Paz y a la Unidad de Retina del Instituto Oftalmológico Nacional para que los expertos la observaran e indicaran si la operación, a esas alturas, podía resultar positiva. La respuesta fue no.

Pero el jefe del área sanitaria del Doce de Octubre autorizó la operación con cargo al Insalud. El directivo era consciente, explica el juez, de que se había producido "una denegación de asistencia". Por fin, Purificación fue operada en la clínica Barraquer el 30 de abril. Demasiado tarde.

Ángeles Arroyo, abogada de la enferma, ha presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia. Exige una indemnización de 15 millones. "Para fijarla, el juez ha aplicado una tabla de enfermedades profesionales, cuando creemos que la correcta es la de daños por accidentes de tráfico".

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