Comentarios a la democracia
El pasado 7 de octubre, durante el turno de ruegos y preguntas del pleno de la Junta Municipal del Distrito Salamanca, formulé dos preguntas escritas al concejal presidente, don Ángel Larroca de Lanorea, referentes al centro comercial levantado en el patio de manzana de Núñez de Balboa, 32. Una vez respondidas por el citado representante del Partido Popular, solicité réplica, que. fue tajantemente denegada. Este caso es habitual, pues, que yo sepa, nunca se ha concedido la palabra a los vecinos en este distrito. No obstante, en la redacción del artículo 11, apartado 4, de las Normas de Participación Ciudadana del 27 de mayo de 1992 se pretende incentivar la participación directa de los vecinos, sin perjuicio de las atribuciones del concejal para ordenar el debate.Aunque no soy jurista, de la palabra debate dice el diccionario que es discutir, tratar una cuestión personas que expresan puntos de vista distintos: obviamente, dos personas no discuten cuando una de ellas carece de autorización para hablar. No queda más que volver a casa burlado y ofendido en la inteligencia.
Mis sentimientos al salir de la sala no podían ser más confusos: ¿cuál es el juego de la democracia? ¿Qué habría pasado de repetirse la escena durante una dictadura? ¿Votamos en las urnas para recibir un trato de ciudadanos de tercera, debiendo aceptar respuestas sesgadas, vacías de contenido, inconcretas, sin poder ejercer nuestros más básicos derechos amparados por la Constitución? Si no hay libre expresión, ¿qué nos queda?-
