_
_
_
_

Masivo despliegue seguridad en Suiza con motivo de la cumbre

Chocolates, relojes y flores sirvieron para agasajar ayer a los presidentes estadounidense, Bill Clinton, y el sirio Hafez el Asad, por las autoridades del cantón de Ginebra y la dirección del hotel que alberga a tan ilustres visitantes. Además de las suculentas e impresionantes cajas de bombones (de 70 por 50 centímetros) que ambos recibieron, a Clinton le regalaron un saxo de chocolate de tamaño natural que, seguridad obliga, tuvo que pasar el control de los servicios secretos americanos para asegurarse de que no escondía petardos o bombas.El primer encuentro entre ambos presidentes ha traído estos últimos días a las autoridades helvéticas y a los habitantes de la ciudad de Calvino de cabeza, aunque por razones diferentes. Si las primeras, preocupadas por la seguridad de sus ilustres invitados, han puesto en marcha un dispositivo de seguridad que ha movilizado a toda la policía del cantón y a más de 1.000 soldados del Ejército que vigilan día y noche las fronteras que aún quedan abiertas y el aeropuerto, los ciudadanos de a pie han sufrido las consecuencias de estos controles que muchos consideran exagerados, traducidos en interminables atascos y cortes de calles en los aledaños del hotel escenario de la cumbre.

Más información
Clinton y Asad hablan hoy cara a cara en Ginebra del proceso de paz en Oriente Próximo

El hotel hará, sin duda, su agosto con esta reunión. Además de las 250 habitaciones reservadas por los americanos y las 90 de los sirios, la suite asignada a la pareja Clinton en el último piso, el 180, cuesta la friolera de 7.000 francos suizos diarios (cerca de 700.000 pesetas). Decorada en tonos pastel, en esta suite los Clinton, además de disfrutar de unas espléndidas vistas, podrán ver la televisión en una pantalla gigante, recibir en su comedor a una docena de invitados o relajarse en el jacuzzi de los lujosos cuartos de baño.

Tanto el presidente Asad como el presidente Clinton se han traído a su equipo de cocineros, que se han sumado a las cerca de 4.000 personas que se esperaban este fin de semana en Ginebra. También hay que añadir más de un millar de periodistas, de los que 400 son norteamericanos.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_