Banesto vendió sus edificios a empresas holandesas con propietarios instalados en 'paraísos fiscales'
Todo empezó el 4 de junio de 1991. Banesto lanzó una oferta de adquisición de acciones (OPA) sobre Gescam, una sociedad que cotizaba en la Bolsa de Bilbao con un capital de 1.849 millones de pesetas. Dos meses después, la empresa amplió capital en 29.840 millones, con lo que éste se situó en 31.705 millones.Sólo mes y medio después -el 30 de septiembre de 1991-, Banesto vende un conjunto de inmuebles -entre ellos Castellana,7, una de sus sedes, dónde Alfredo Sáenz, presidente del banco tiene su despacho- a Gescam, lo que le reporta al banco un beneficio extraordinario de 8.265 millones. Inmediatamente después, el 24 de octubre de 1991, Banesto presenta ante la Comisión de Valores una comunicación previa para lanzar una oferta pública de venta (OPV) sobre el 75% de Gescam.
Entonces, la Comisión empieza a arrastrar los pies alrededor de la operación, lo que provoca la retirada de la OPV. Banesto comunica, además, que Gescam prepara la venta de los inmuebles de su patrimonio. Una compraventa cuyo contrato se había celebrado un día antes, el 23 de diciembre, pero que se oficializa el 25 del marzo del año siguiente. En virtud de ese acuerdo, dos sociedades holandesas -Reve Holding BV y Barafon BV- se hacen con el 94,12% de Gescam. El otro 5,88% queda en Banesto.
Reve Holding BV, nuevo propietario del 48% de Gescam, es una sociedad filial de Taborange BV, con domicilio fiscal en el paraíso fiscal de Curagao. Además, Reve Holding tiene otros contactos con Banesto: ha adquirido activos de La Unión y el Fénix y recibido créditos del Grupo Banesto. Así se recoge en el acta de inspección de la Dirección General de Seguros a La Unión y el Fénix.
Barafón BV, que controla el 46,12% de Gescam, es propiedad al 100% de Doris Corporation NV, con sede en otro paraíso fiscal, Antillas Holandesas. Doris Corporation, a su vez, está participada al 100% por Beelegginngsmaatschppij Venen BV, empresa holandesa controlada por los socios europeos de la norteamericana Andlinger.
Esta operación ya causó recelo en el Banco de España cuando revisó las cuentas de Banesto correspondientes a 1991. En un acta del banco emisor de fecha 26 de mayo de 1992, se recoge textualmente: "Por los contratos conocidos, parece claro que al cierre de 1991, la totalidad del capital de Gescam seguía en poder de Banesto, por lo que el beneficio contabilizado no estaba realizado a aquella fecha. En lo referente a la venta posterior (en marzo de 1992), también surgen determinadas incógnitas".
Dos hechos no contemplados en ese acta del banco emisor completan los enigmas. Por una parte, Banesto concede préstamos por valor de 12.000 millones de pesetas a Gescam en los primeros meses de 1992, lo cual le dota de una liquidez muy importante (24.670 millones de pesetas). Por otra, a pesar de esa liquidez, la junta de Gescam decide reducir capital el 4 de mayo de 1992 por un acuerdo adoptado en junta extraordinaria el 25 de marzo de 1992, sorprendentemente el mismo día en que se había formalizado la venta de Gescam a las dos sociedades holandesas. La reducción de capitales de 24.000 millones, que se reparten entre los accionistas de Gescam: 11.520 millones para Reve Holding BV, 11.069 millones para Barafon BV y 1.411 millones para Banesto. En junio de 1992, la sociedad cambia su nombre por el de Inversiones Erasmus. Mientras, Reve Holding BV traspasa las acciones que le quedan de Gescam a una sociedad llamada E-Press BV también del grupo Taborange BV de Curacao.
Una vez cerrada la operación el edificio más representativo del paquete, Castellana, 7, quedó en manos de Oasis. La inversión de Banesto en Oasis consta en el acta de intervención del Banco de España, que calcula que los quebrantos producidos por estas inversiones "no serán inferiores a los 25.000 millones".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.