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Los países de Centroeuropa aceptan retrasar su ingreso en la OTAN a cambio de ayuda

Antonio Caño

La música sonó muy bien, pero la letra de esta novedosa cumbre de Estados Unidos con la República Checa, Polonia, Hungría y Eslovaquia no parece tener todavía demasíado contenido. Los presidentes de esos cuatro países centroeuropeos aceptaron con gesto amable la postergación de su entrada en la OTAN a cambio de un programa de cooperación económica, política y militar, de unos 400 millones de dólares (cerca de 60.000 millones de pesetas) con el que el presidente norteamericano, Bill Clinton, prometió reforzar los sistemas democráticos y la seguridad de esta región del mundo.

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Emulando a John Kermedy en Berlín, Bill Clinton repitió en checo un refrán de este país con el que vino a decir que no se prescindirá de los antiguos miembros del Pacto d e Varsovia en la cons trucción de la seguridad europea. "La seguridad de esos países le importa a Estados Uni dos", aseguró el presidente nor teamericano.Clinton insistió en la conferencia de prensa que siguió a sus reuniones bilaterales con los cuatro presidentes y a un alinuero conjunto que "la Asociacion para la Paz es una sala de espera para la OTAN", no una alternativa ni una sustitución. La Asociación para la, Paz fue la solución decidida en la reciente cumbre de la OTAN, a propuesta norteamericana, para establecer las relaciones futuras entre sus miembros y los países del anti guo bloque comunista.

Los cuatro países del Grupo de Visegrado (por la ciudad hún gara en la que unieron sus intere ses), preocupados por los nuevos peligros de expansionismo que aparecen en Rusia, aceptaron un poco a regañadientes esa alterna tiva. "Un buen punto de partida, dijo el presidente checo, Va clav Havel.

La estabilidad de Rusia Havel añadió que los países cen troeuropeos tienen tanto interés en la estabilidad de Rusia como Estados Unidos, y afirmó: "No es posible ni deseable aislar a Rusia".

Havel, que habló como porta voz de los cuatro presidentes eu ropeos, expresó su confianza en que esta reunión sea el punto de partida en la construcción de una nueva Europa" y en que "Praga emerja como un símbolo de una Europa sin divisiones".

Para vencer las reticencias de los cuatro países, que se quejan de que sobrevivan las fronteras militares de la Europa de la guerra fría, Clinton ofreció un programa de cooperación "red para la dernocracia" con el que pretende fomentar las economías de esos países e incrementar sus lazos con Occidente.

Un portavoz de la Casa Blanca calculó que el programa de Ayuda para la Democracia en el Este de Europa será de unos 400 millones de dólares, de los que la mayor parte serán empleados en forma de cooperación en proyectos de desarrollo y adiestramiento (le ejecutivos y funcionarios de esta región, más que en dinero contante y sonante.

Tanto Clinton como los demás funcionarios de la Administración estadounidense que hablaron con la prensa se refirieron con cierta vaguedad a contactos entre la iniciativa privada norteamericana y centroeuropea, formación de los técnicos de estos países y colaboración en planes de infraestructura, como la construcción de carreteras y otras infraestructuras para transporte.

El anuncio más preciso de los que- se hicieron ayer fue el de dedicar 30 millones de dólares (unos 4.500 millones de pesetas) para promover la colaboración entre inversores norteamericanos y empresarios del Centro y Este de Europa. En este sentido, Estados Unidos tiene previsto organizar este año en Washington una conferencia internacional para promover la inversión en los antiguos países del Pacto de Varsovia.

Bill Clinton se manifestó también partidario del ingreso de la República Checa, Polonia, Eslovaquia y Hungría en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En el terreno de la seguridad, Estados Unidos tiene previsto desarrollar programas de entrenamiento de oficiales del Centro y el Este de Europa, así como asesorar en la elaboración de estrategias coordinadas con la OTAN, y "probablemente ayudar con la entrega de equipo militar", según un funcionario norteamericano. Dentro de los planes de adiestramiento, está prevista la futura participación de los ejércitos del Grupo de Visegrado en maniobras militares de la OTAN.

Para favorecer la cooperación en el terreno militar, el presidente norteamericano puso fin el pasado día 5 de enero a las restricciones de venta de armas, vigentes durante la guerra fría. De esta manera, los cuatro países del Grupo de Visegrado tienen ahora la posibilidad de comprar armamento y otro tipo de tecnología de Estados Unidos.

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