El ancho de vía español

Raramente (habría que preguntarse por qué oscuros motivos) aparece en la prensa la cuestión de nuestro aislamiento ferroviario del resto de los países europeos de nuestro entorno (excepto Portugal e Irlanda) por causa del anacrónico ancho de vía español de 1,43 metros (20 centímetros más que el de la red europea). Y al mismo tiempo, proyectos de implantación del TGV para el año 2008 (170.000 millones de pesetas para la línea de alta velocidad Barcelona-París), junto a pérdidas de explotación de Renfe que en 1993 alcanzarán los 164.000 millones de pesetas (versión Mercè Sala).Mi distinguido paisano y ministro de Obras Públicas, señor Borrell, sabe perfectamente que con la alta velocidad no va a mejorar la cuenta de explotación de Renfe. Entre otras cosas porque la explotación ferroviaria no sólo contempla los pasajeros, sino también las mercancías. Y ahí la alta velocidad no aporta nada. En todo caso, confusión por desvirtuar la realidad del problema, que no es otro que la infranqueable barrera técnica de nuestro ancho de vía en relación a Europa y a casi todo el mundo.

Lo que sí saben muy bien el señor Borrell y la señora Sala es que del total de fletes que se mueven en nuestro país con destino o procedencia europeos (particularmente marítimos), Renfe no se lleva ni el 6%. Y esto sí que afecta a la cuenta de explotación de la compañía. No los corredores de alta velocidad (el señor Borrell emplea para el triángulo ferroviario Madrid-Barcelona-Valencia el eufemismo "velocidad alta"), que manteniendo el ancho de vía actual van a seguir desconectados, por lo menos en mercancías y trenes convencionales, de la red intemacional. La colocación de traviesas polivalentes en estos recorridos no es más que una declaración de buenas intenciones y el aplazamiento sine die de un problema acuciante. Y no hablemos de la pérdida que representa para nuestro país el no poder participar en el pool europeo del transporte ferroviario, siendo como es, y será más, zona de tránsito intercontinental. El coste que supone mantener el ancho de vía actual es supetior al que supondría su adaptación al internacional.-