Un silencio que fue como un presagio

En la reunión del Comité Ejecutivo de la patronal bancaria AEB, que se celebró pocos días antes de Navidad, se abordó la reforma del Fondo de Garantía que propone el Banco de España y que contempla fundamental mente que el banco emisor deja rá de participar en la financia ción de este organismo. Cuando la discusión era más viva, se in corporó a la reunión Enrique Lasarte, entonces todavía consejero delegado de Banesto. "Todo el mundo dejó de hablar en ese momento", señala uno de los asistentes. "La parada fue bastante comentada al término de la reunión", como si hubiera sido un presagio de lo que iba a pasar pocos días después, añade. Y de lo que va a significar para el propio Fondo de Garantía ya que la idea del Banco de España, esbozada desde antes del verano, era que el banco emisor dejara de pagar su cuota, y fueran los propios bancos privados los que aportaran los fondos suficientes para hacer frente a los hipotéticos problemas que pudieran surgir en algún banco.Pero esta idea puede cambiar o retrasarse, se señala en medios financieros privados, a la luz de la crisis de Banesto. La reforma propuesta por el Banco de España contempla que el Fondo sólo actuaría en el futuro si una entidad suspende pagos o entra en proceso de liquidación para hacer frente a los pagos derivados del compromiso de aseguramiento de una cantidad mínima de los depósitos. En la actualidad, el Fondo garantiza hasta 1,5 millones de pesetas y en el futuro, según la legislación comunitaria, debe ampliar esa cifra a 20.000 ecus, equivalentes a unos tres millones de pesetas.

Discrepancias

Pero si finalmente el Fondo adquiere de Banesto activos improductivos por una cantidad elevada, las simples cuotas de los bancos privados no serán suficientes para equilibrar patrimonialmente al organismo. Además, se señala en medios privados, "si finalmente no hay reducción de capital en Banesto, va a ser dificil convencer al resto de la banca privada de que debe correr sola con los costes de ayudar al saneamiento mediante las cuotas del Fondo y su participación en una ampliación de Banesto".

El otro problema que planteaba el que el Banco de España de ara de pagar cuota en el Fondo era decidir qué papel seguiría jugando la autoridad supervisora en él. Hay bancos que consideran que debería limitarse mucho su presencia y otros que, en cambio, señalan la necesidad de que siga presente porque es la única manera de garantizarse que el Fondo tendrá información suficiente sobre la marcha de las entidades. "De otra forma", dicen fuentes financieras, "sería necesario montar un sistema paralelo a la inspección del Banco de España, con lo que ello significaría de sobrecostes y discrepancias a la hora de establecer el grado de riesgo de algunas operaciones".