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España intenta que la OTAN fomente la seguridad en el mar Mediterráneo

La diplomacia española lucha por incluir el fomento de la seguridad en el Mediterráneo entre los asuntos a tratar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN que se celebrará el lunes y el martes próximos en Bruselas, según fuentes de la Administración, Aunque no logre este objetivo, la reunión dará, sin embargo, satisfacción a la delegación española, encabezada por el presidente, Felipe González, porque supondrá un paso hacia el reconocimiento de la identidad europea en materia de defensa.

En el orden del día de la quinta cumbre de la Alianza Atlántica en seis años figuran la oferta norteamericana de Asociación para la Paz a todas las repúblicas de la antigua URSS y a los países del Este, excepto a los de la ex Yugoslavia, la reforma de las estructuras militares de la OTAN, la prevención de la proliferación nuclear y sendos debates sobre la situación en Rusia y en los Balcanes.A esta agenda cargada la diplomacia española intenta añadir en las reuniones preparatorias de la cumbre la seguridad en el Mediterráneo, una zona sobre la que la OTAN carece de política y con cuya ribera meridional ni siquiera mantiene contactos a diferencia de otras organizaciones como la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) y la Unión de Europa Occidental (UEO).

Hasta ahora las cumbres de la Alianza, como la de Roma en noviembre de 1991, han subrayado la importancia de la estabilidad en el Mare Nostrum. "El objetivo español", comenta un diplomático, "consiste en hacer algo para fomentar esa estabilidad".

Concretamente, si prospera la iniciativa española, la cumbre encargaría a un grupo de trabajo de alto nivel o a los embajadores permanentes ante la OTAN que estudien medidas a tomar para mejorar la estabilidad. "Se podría empezar con algún tipo de diálogo con países coma Marruecos o Egipto", se indica en el Ministerio de Exteriores, "similar al que desarrolla la CSCE con algunos magrebíes".

Escaso apoyo

En su empeño la diplomacia española encontró el apoyo de Italia y de algún otro país con escaso peso en la Alianza, como Grecia. Se topó, en cambio, con las reticencias de los países septentrionales, poco sensibles a los problemas del flanco sur, y de EE UU, temeroso de que la iniciativa desemboque a medio plazo en un control de armamentos que conlleve una reducción de los efectivos de su VI flota. Un aliado natural, Francia, tampoco ve con buenos ojos la sugerencia porque se opone a que la OTAN exceda sus límites geográficos para ocuparse de cuestiones Norte-Sur.La reforma de las estructuras militares, propuesta por el Pentágono en un documento de ocho páginas, sí suscita un consenso entre los socios de la Alianza. Supondrá, entre otras cosas, que la UEO, la única organización de defensa exclusivamente europea, podrá llevar a cabo operaciones militares autónomas utilizando los recursos y capacidades de la OTAN, pero sin que intervengan los mandos de la organización transatlántica.

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La UEO efectuaría operaciones de mantenimiento de la paz o de evacuación de nacionales de un país conflictivo para las que se entrenará en España en primavera en unas maniobras.

"Es un paso hacia el reconocimiento de una identidad europea de defensa", recalca satisfecho un alto cargo de Exteriores. "Nunca ha habido una Administración norteamericana tan proclive a permitir el desarrollo de esta identidad como la del presidente Clinton", añade. De ahí que algunos miembros de la Alianza deseosos de preservar un fuerte vínculo transatlántico, como el Reino Unido u Holanda, la hayan acogido con recelos aunque finalmente aceptaron.

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