Los regionalistas denuncian compra de votos

Dirigentes del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) apuntaron ayer su creencia de que la decisión final de los tránsfugas de centro-derecha -Roberto Bedoya, José Parra, Joaquín Fernández y Alberto Rodríguez- de abstenerse en la votación de censura contra Hormaechea se debe a una importante compensación, muy probablemente económica. Al fin y al cabo, apuntan esas fuentes, han pertenecido a su partido, la Unión para el Progreso de Cantabria. Quien de forma más contundente explicó públicamente las sospechas de ésa compra de votos fue el diputado y portavoz del Partido Regionalista de Cantabria Miguel Ángel Revilla. "Mi opinión es que ha habido un arreglo económico que ha propiciado la abstención de los tránsfugas. Lo que he escuchado a unos y a otros es que se había celebrado una reunión en Santander, en vísperas del debate, que podía haber hecho reflexionar a esos cuatro diputados", declaró ayer. Revilla, que inicialmente era partidario de suscribir junto con el PSOE la moción de censura, declinó finalmente hacerlo.Revilla, un veterano dirigente regionalista con conexiones con empresarios de la construcción, reconoció que carecía de pruebas concretas de la presunta persuasión de algunos constructores a los diputados tránsfugas para que ayer se abstuvieran de derribar a Hormaechea. Pero se declaró personalmente convencido de que eso había sido así.

Según el líder regionalista, Juan Hormaechea es el padre y financiador de los tránsfugas y nadie en España se ha atrevido a tanto en este sentido. Según Revilla, el primer tránsfuga de la historia de España fue un concejal de su propio partido, el PRC, seducido por Hormaechea, siendo alcalde de Santander en 1979, pero el presidente censurado rizó el rizo en 1987 al alcanzar la mayoría por el mismo procedimiento.