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PALESTINA, AÑO CERO

La guerra de banderas entre israelíes, y palestinos amenaza la Navidad en Belén

La pequeña plaza del Pesebre se convírtió ayer en campo de batalla política entre Israel y los palestinos de Belén, que están decididos a celebrar la Navidad por primera vez en seis años. En el centro de la inoportuna disputa está la bandera palestina, cuya colocación en el edificio del Ayuntamiento ha sido prohibida por el Gobierno israelí. "Si no nos dejan poner nuestra bandera cerramos el municipio, nos vamos a casa y no habrá una sola celebración navideña en Belén" dijo el alcalde, Elías Freij, al término de una ruidosa sesión de emergencia del Ayuntamiento. El miércoles, soldados israelíes quitaron la bandera palestina del mástil municipal.

"Otro acto innecesario de provocación", comentó desolado Georges Abu Jamal, un vendedor que al igual que centenares de hombres de negocios de Belén esperan la llegada de unos 15.000 peregrinos.Belén, cuya economía depende esencialmente del turismo, dejó de celebrar la Navidad en 1988 en señal de protesta contra la ocupación israelí de Gaza y Cisiordania. La firma del acuerdo de paz entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en septiembre pasado impulsó a. Freij a preparar afanosamente la celebración, adornando la plaza con lámparas multicolores y un enorme letrero de "Feliz Navidad" en el austero edificio municipal.

"Ahora que tanto se habla de paz queríamos ofrecer una Navidad especial a todo el mundo", dijo Jamal A. Salmán, el oficial mayor del municipio de Belén. "Pero los israelíes se están encargando de que no nos falten problemas", agregó.

Primero, autoridades israelíes prohibieron, "por razones sanitarias", la llegada de un abeto de 50 metros de altura donado por el Gobierno de Noruega. Luego, la noche del pasado martes desaparecieron hileras enteras de lámparas ornamentales de una calle céntrica. Nadie ha acusado oficialmente a los soldados israelíes, pero sospechas existen. Finalmente, vino lo de la bandera y eso ha sacado de sus casillas a Arafat, a Freij y a todos los palestinos de Belén. Anoche, el Ejército israelí desactivó una pequeña bomba colocada junto a la iglesia de la Natividad.

Desde septiembre, la bandera palestina ondea sobre millares de casas de los territorios ocupados, pero Israel insiste en que su aparición en edificios públicos es ilegal. La controversia refleja, en cierto modo, la principal diferencia que mantiene paralizado el plan de paz: mientras Israel admite la autonomía limitada a los palestinos, éstos insisten en la creación de un Estado palestino.

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