Al menos 17 jóvenes mueren en el incendio de una discoteca a las afueras de Buenos Aires
Por lo menos 17 jóvenes que celebraban el fin de curso murieron carbonizados o asfixiados en el incendio de una discoteca,ocurrido a las tres de la madrugada de ayer (siete, hora peninsular española) en el barrio residencial de Olivos, en las afueras de Buenos Aires. Al mismo tiempo, una rebelión sacude las prisiones de la provincia de Buenos Aires, donde unos 1.700 reclusos de cinco cárceles están amotinados y tienen en su poder a unos 70 rehenes.
En poco más de un cuarto de hora las llamas se extendieron por toda la discoteca Kheyvís, que se convirtió en un infierno y al mismo tiempo en una ratonera para unos 600 jóvenes que se encontraban en el local en la noche del domingo. Una puertá de salida se encontraba cerrada, según declaraciones de testigos del siniestro.En su desesperación por abandonar la discoteca en llamas, los chicos se atropellaban en la salida. Otros intentaban escapar por las ventanas. Como algunas se encontraban atrancadas, las rompieron. Esto provocó una corriente de aire, que incrementó la voracidad de las llamas.
En la puerta de la discoteca se congregaban ayer desde primera hora de la mañana familiares de chicos que no habían regresado a casa. Se produjeron escenas de llantos desgarradores. Hasta el mediodía de ayer habían sido identificados nueve de los 17 cadáveres.
No existe todavía una versión clara sobre la causa del incendio. Unos declaran que el fuego surgió como consecuencia del incendio de una bengala. Según otra versión, todo se desencadenó cuando alguien lanzó una colilla de cigarrillo sobre un sillón.
En el interior de la discoteca unos 600 jóvenes, muchos del colegio Lasalle, se habían reunido para celebrar el final del bachillerato. Cuando se declaró el incendio, los jóvenes se lanzaron contra la puerta de salida y otra al fondo del local.Por otra parte, las cárceles de Bahía Blanca, Batán (Mar del Plata), Mercedes y Olmos continuaban ayer tomadas por los internos, que reclaman de los autoridades desde conmutación de penas a un trato más humano por parte de los carceleros y la aceleración de los procesos judiciales. Los presos tienen en su poder a unos 70 rehenes.
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