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Detenidos el alcalde de un pueblo de Barcelona, su hijo y un edil por malversación y prevaricación

Veinte agentes de la Policía Judicial y guardias civiles detuvieron ayer al alcalde de Bagá (Barcelona), Josep Casals; a su hijo, Joan Casals, y al concejal de Deportes de la localidad, Josep M. Vargas. Los tres están acusados de fraude, malversación de fondos públicos, falsificación de documentos y prevaricación. La detención se produjo tras una orden del Tribunal Superior de Cataluña notificada al juzgado de Berga, donde ayer prestó declaración el alcalde detenido. El juez decretó el secreto del sumario y el ingreso en prisión y la incomunicación de los detenidos. Los agentes intervinieron diversa documentación municipal, entre -ella el libro de actas y parte de los archivos. El alcalde salió anoche en libertad bajo fianza.Los hechos que han dado lugar a las detenciones fueron denunciados por la oposición al Gobierno municipal. Casals es alcalde desde 1987 por CiU, coalición que en las últimas elecciones obtuvo ocho concejales, frente a los tres de la candidatura Progrés del Berguedá, afín al PSC.

La oposición denunció el pasado mes de julio una serie de irregularidades derivadas de la construcción de un polideportivo encargado, según los denunciantes, a una empresa cuyo gerente es el hijo del alcalde. Ante la imposibilidad legal de atribuir un contrato a un familiar directo del alcalde, el Ayuntamiento optó por desviar partidas presupuestadas para otros fines y efectuar transferencias crediticias. La denuncia presentada ante la fiscalía y el Departamento de Gobernación señala los siguientes hechos: Septiembre de 1991: desvío de una cantidad no precisada de las arcas municipales a una cuenta particular.

Marzo de 1991: decreto de la alcaldía por el que se ordenaba el pago de 8.612.564 pesetas al constructor del pabellón. Este dinero estaba destinado al pago de las obras en una calle, que han tardado dos años en ser abonadas.

Agosto de 1991: decreto de la alcaldía por el que se ordenaba abonar 9.431.110 pesetas a la empresa Roset, con la que no hay contrato alguno. Este dinero debía cubrir un crédito bancario, cuyos intereses pagó el municipio.

Diciembre de 1992: el Ayuntamiento entrega a los constructores del pabellón ocho millones recibidos del Departamento de Sanidad para unas obras en el dispensario que no se han hecho.Abril de 1993: Bagá recibe 18 millones del Departamento de Enseñanza para obras en el centro escolar. Este dinero se emplea en enjugar un crédito bancario y se abonan siete millones a los constructores del pabellón. Las obras en el colegio aún no han sido abonadas.

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