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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Freud goza de buena salud

En primer lugar, señalar que cuando Adolf Grünbaum pide en su artículo (publicado en EL PAÍS el 28 de noviembre) más pruebas sobre el nexo causal entre el acoso sexual en la infancia y la neurosis del adulto, desconoce que Freud abandonó tempranamente la hipótesis de que tal acoso (seducción para ser más precisos) se producía en la escena de la realidad, desplazando el evento al escenario de la fantasía del paciente (desplazamiento que, por un lado, enriquece mucho la visión del psiquismo humano; pero, por otro, limita y dificulta las posibilidades de una demostración causa-efecto con metodología objetiva).

Da la impresión de que el señor Grünbaum se moviese en ese "conocimiento común" al que se refiere el artículo y que no se apoya en una lectura rigurosa de la obra de Freud.

En el artículo se citan "nuevas fuerzas que están minando los cimientos freudianos", y la primera de ellas relaciona al psicoanálisis con personas que en su nombre cometen "abuso sexual, rituales satánicos, sacrificios humanos" y otras barbaridades. Creo que nadie dudaría (incluidos todos los psicoanalistas, por supuesto) en encuadrar a los responsables de dichas prácticas como pacientes graves y nunca como terapeutas. Además sabemos que son múltiples los argumentos escogidos por esos perturbados para la práctica de sus rituales y abusos (ser elegidos de Dios, estar poseídos por Satanás, etcétera). Por consiguiente, no veo ningún nexo causal serio entre tales prácticas y el psicoanálisis.

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Como segunda fuerza se menciona el "éxito de las drogas en el tratamiento o alivio de desórdenes mentales que van desde la depresión a la esquizofrenia". Para un gran número de trastornos (los que no tienen un origen biológico claramente demostrado) éste es un argumento tan extendido como inexacto. Para explicarlo en palabras de Luis de Tarso en contestación a otro artículo publicado en este periódico titulado Freud se bate en retirada frente a la revolución neurofarmacológica: "... si la carencia o bajo nivel de serotonina implica estados irregulares en los pacientes -por lo que el restablecimiento de ese neurotransmisor tan importante es aconsejable- se hace necesaria la investigación de los motivos que han producido tal degradación; y aquí es donde la psiquiatría oficial parece olvidar el mundo freudiano, motejándolo de imaginativo e irrelevante ( ... ), parece un camino incompleto el evitar la pregunta por las causas originales, ignorando el porqué y atendiendo sólo al cómo...".

Por último, me parece que hacer ligazones entre la obra de Freud (o de cualquier otro autor) y eventos de su vida privada para quitar legitimidad a la primera, tal como propone el artículo, carece de sentido. ¿Qué le quitaría o le aportaría a la obra de Freud como enorme aporte a la psicología y a nuestra cultura la confirmación de una relación íntima con su cuñada, Minna Bernays?

Creo, por todo lo antes expuesto (y por muchas cosas que por cuestiones de espacio han quedado en el tintero), que Freud, quien muere cada cierto tiempo, es, a pesar de muchos, un muerto que goza de muy buena salud-

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