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Aznar reprocha a González no aplicar a fondo las recetas liberales de la cumbre de la Unión Europea

El duelo fue suave porque Europa sigue suscitando consensos. Sólo la aplicación a España de los remedios acordados en la cumbre de Bruselas provocó divergencias en el Congreso entre el Gobierno y su oposición popular. En un discurso de tono liberal el líder del PP, José María Aznar, acusó ayer al presidente Felipe González de "admitir una cosa en Bruselas y practicar aquí la contraria". Reacio a entrar en polémicas, el jefe del Ejecútivo le replicó que su actuación era coherente y propuso que la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Comunidad Europea comprobase esa coherencia.

González compareció ayer ante el pleno del Congreso para dar cuenta de los resultados de la primera cumbre de jefes de Gobierno de la Unión Europea (UE) del pasado fin de semana en la capital belga que aprobó el Libro Blanco del presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, que hace un diagnóstico y propone remedios para reactivar el crecimiento en el Viejo Continente y, sobre todo, crear empleos así como las orientaciones de política económica para 1994. debate estuvo salpicado de referencias al acuerdo del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio). Preocupado por el desarme arancelario del sector textil, Miquel Roca, portavoz de CiU, compartió el deseo de Portugal de conseguir compensaciones por el sacrificio consentido. "Los periodos de adaptación no nos parecen suficientes", reconocio González. "Hay sectores que tendrán dificultades y otros ventajas desde el principio".González explicó que el Consejo Europeo "ha confirmado" la decisión del Gobierno español de reformar el mercado laboral.En términos generales ha estado "a la altura de lo que se esperaba". "Ha cerrado un periodo de crisis psicológica", que se abrió en junio de 1992, cuando los daneses rechazaron en referéndum el Tratado de Maastricht. Permite "encarar el futuro con confianza". Roca le secundó.Aznar hizo también una "valoración positiva" de lo acordado en la cumbre, pero advirtió que el Libro Blanco carecerá de utilidad para España si no "se introducen cambios en la política económica". "Las Conclusiones del Consejo Europeo ( ... ) representan en el fondo una dura requisitoria contra la política económica desarrollada en España". "Por eso resulta sarcástico que ahora se intente presentar las conclusiones como un aval". "Lo que nos dice el Consejo Europeo es que tenemos que cambiar de política económica".Enmiendas del PP

Los "cambios profundos" que propugna Aznar van más allá en su liberalismo de la reforma del mercado laboral puesta en marcha y que, anunció, enmendará "recogiendo aquellas sugerencias del Libro Blanco que permitan equiparar la regulación de nuestro mercado laboral con el de nuestros socios comunitarios, mucho más flexibles".

Aznar abogó una vez más por una reforma fiscal que favorezca el ahorro y la inversión", por una mayor disciplina presupuestaria y por una rápida "liberalización del sector servicios para contener la inflación". Pidió, por último, la reanudación del diálogo social.

El coordinador de Izquierda Unida (IU), Julio Anguita, fue el único orador que arremetió contra el Libro Blanco, que describió como una "cortina de humo y propaganda" que, en el mejor de los casos, conduce a Europa "hacia la taiwanización", porque la cumbre "sólo se tomó en serio la moderación salarial y las políticas salvajes de ajuste"."Felipe González es el abanderado, el paladín de estas políticas de fuerte contenido antisocial". Iñaki Anasagasti, portavoz del Partido Nacionalista Vasco coincidió, curiosamente, con Anguita en criticar no ya el Libro Blanco, sino la negativa de la cumbre a proporcionar "el presupuesto necesario para llevarlo a cabo". A diferencia de las críticas de Aznar, a las que apenas respondió, González sí contestó largo y tendido a este reproche.

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De los 3,1 billones de pesetas que la UE pretende gastarse anualmente en grandes infrastructuras y autopistas de la información, el 60% correrá a cargo de su actual presupuesto o de los préstamos del Banco Europeo de Inversiones. Los ministros de Economía deberán decidir mediante qué mecanismo se financia el resto.

Tras la última intervención de González, Anguita fue el único que solicitó un turno de réplica para poner justamente en duda su explicación sobre la financiación de las grandes redes y calificar su discurso de demagógico. "Con ese esquema de razonamiento es preferible no seguir discutiendo", le respondió González.

El coordinador de IU siguió haciéndolo en los pasillos. El consenso fue, en cambio, casi total en el apoyo al Gobierno por la reserva formulada en Bruselas sobre la puesta en práctica de la política común de asilo mientras Bélgica estudie conceder el estatuto de refugiado político a dos presuntos etarras allí detenidos.

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