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La crisis económica frena de nuevo la LOGSE

El año próximo entrará en vigor sólo uno de los dos nuevos cursos de primaria previstos

Los consejeros de Educación de las siete comunidades autónomas con plenas competencias acordaron ayer con el ministro de Educación y Ciencia, Gustavo Suárez Pertierra, un tercer calendario para la LOGSE. En el próximo año académico se implantará sólo el quinto curso de la nueva educación primaria. El primer calendario preveía que en el curso actual entrarían en vigor desde tercero hasta sexto de primaria y hace siete meses se determinó que sólo se implantarían tercero y cuarto, y el año próximo, quinto y sexto. La crisis económica, que se refleja en la restricción del gasto educativo en los últimos presupuestos, ha marcado la indecisa andadura de la ley, pese a que contó con el consenso de todos, excepto el PP.

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Él Gobierno socialista nunca aceptó, cuando se tramitó la LOGSE, que ésta fuera acompañada de una ley que garantizara la financiación de la profunda reforma del sistema educativo que se iba a poner en marcha. Contra el criterio de todos los grupos parlamentarios que la demandaban (incluido en este caso el del PP), el PSOE argumentó siempre que la financiación de la reforma, cuyo coste inicial previsto sería de 1,3 billones de pesetas, podría atenderse por la simple vía de cada ley de Presupuestos, por lo que se limitó a acompañar la documentación de la LOGSE con una memoria económica.La agudización de la crisis ha frustrado tan buenas intenciones. El proyecto de ley de Presupuestos para 1994 refleja un incumpliminto de las previsiones de gasto de la citada memoria económica del orden del 22,8% en inversiones, del 87% en gastos de funcionamiento, del 35% en los de personal y del 42,4% en el de transferencias corrientes.

La incierta andadura de la reforma era temida ya por los grupos parlamentarios del PP e IU desde el mismo día en que fue refrendada en el Congreso: el 13 de abril de 1990. Comenzaban los primeros síntomas de la crisis económica, por lo que el no contar con una ley de financiación hizo aventurar a los principales partidos de la oposición que la reforma no iba a desarrollarse al ritmo esperado por quienes habían estado de acuerdo en su necesidad e incluso en su urgencia. En todo momento, los sucesivos responsables de la cartera de Educación -Javier Solana, Alfredo Pérez Rubalcaba y actualmente Gustavo Suárez Pertiera- han mantenido siempre con firmeza que la reforma iría adelante y que contaría con el apoyo económico necesario.

Primer calendario

No obstante, ya el primer calendario, que se aprobó casi un año más tarde, frustró las esperanzas de quienes apoyaban la LOGSE pues en el primer curso de su aplicación formal sólo entraría en vigor el segundo ciclo de la educación infantil, etapa anterior al periodo de escolaridad obligatoria. Como se puede apreciar en el gráfico adjunto, las iniciales previsiones sólo se cumplieron en el curso 1992-93, en que entraron en vigor los dos primeros años de la nueva educación primaria. En junio de 1993, un segundo calendario limitaba a sólo dos los cursos que entrarían en vigor en el año académico actual, cuando lo que se preveía es que entraran cuatro. Con el nuevo calendario, la implanta ción se reduce a uno, el quinto curso, frente a los dos previstos hace siete meses.Contradictoriamente con el ritmo lento impuesto a la aplicación general de la nueva ley, el ministerio ha acelerado su aplicación parcial, incluso forzando en ocasiones la voluntad de los claustros, en contra del criterio inicial de que la anticipación de la reforma debería contar con el consenso de la comunidad educativa de los centros.

De hecho, en el curso actual, ya hay 340 institutos en todo el territorio escolar dependiente de la gestión directa de la Administración central que están impartiendo por anticipado los planes de estudios de los cuatro años de la etapa de educación secundaria obligatoria, cuyo primer curso, con el nuevo calendario, no entrará en vigor con carácter general hasta el curso 1996-97. Unos 100.000 alumnos cursan dichos estudios; otros 25.000, el nuevo bachillerato y 13.000 los nuevos módulos de formación profesional en unos 220 centros.

La Administración explica esta contradicción por la necesidad de acelerar la reforma de la formación profesional (FP), a la que quiere dar la máxima prioridad. En el sistema educativo de la LOGSE, la FP de grado medio (habrá una formación profesional básica integrada en el último ciclo de la secundaria) comienza una vez superada la secundaria obligatoria, y la FP superior, después del nuevo bachillerato.

Frente a las críticas que algunos diputados de la oposición han llevado al Parlamento en el sentido de que la anticipación de la reforma se estaba haciendo improvisadamente y sin recursos, los responsables de Educación Y Ciencia han asegurado que todas las mejoras de dotaciones materiales y de profesorado que comporta dicha anticipación se están cumpliendo a rajatabla.

Entre tales mejoras, el ministerio asegura que todos los centros que anticipan la reforma aplican la reducción del número de alumnos por aula con arreglo a las previsiones de la LOGSE (25 en primaria, 30 en secundaria y 35 en bachillerato), y cuentan con un equipo de orientación y un taller de tecnología.

Celeridad y calidad

El secretario de Estado de Educación y Ciencia, Álvaro Marchesi, en unas declaraciones realizadas recientemente, anticipaba la nueva ralentización de la reforma al advertir que al Ministerio le "importa más la calidad que la celeridad".Marchesi, que se ha reunido en las últimas semanas con directores de centros escolares en varias ciudades del territorio escolar dependiente de Educación y Ciencia, ha adelantado las grandes líneas de un "ambicioso programa de mejora de la calidad del sistema educativo". Dichas líneas apuntan a una profundización en la autonomía de gestión de los centros educativos, a una mayor profesionalización de los cargos directivos de los centros y a la evaluación sistemática del rendimiento de escuelas e institutos.

Según explicó el secretario de Estado a los directores, la autonomía de los centros se traducirá en una capacidad mucho mayor para el gasto en inversiones, para la realización de obras y, en general, para toda la organización. Los centros públicos, por otra parte, podrán abrirse fuera del horario lectivo a su utilización por la comunidad de su entorno, sobre todo para la práctica deportiva, a cuyo fin contarán con monitores específicos.

En cuanto a la dirección de los centros, aunque se mantendrá su carácter electivo, el ministerio quiere potenciar su profesionalización e incentivar la presentación al cargo, puesto que actualmente en muchas ocasiones no cuenta con candidatos y ha de ser cubierto por designación administrativa. Los profesores que hayan desempeñado la dirección conservarán parte de los emolumentos específicos después de cesar en su mandato.

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