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La policía busca a menores por la profanación de tumbas

La investigación de la Guardia Civil y la Policía Local por la profanación de 100 tumbas del cementerio de Rivas-Vaciamadrid (22.000 habitantes) ha centrado su atención entre los jóvenes de la localidad, especialmente entre menores aficionados a la música heavy-metal, según fuentes municipales. La declaración de un ciclista que pasó por el lugar cuando se cometía el acto vandálico ha determinado la orientación de las pesquisas, en las que se ha inquirido a menores sobre el caso.El ciclista manifestó que dos menores custodiaban la puerta del cementerio durante la profanación. Anochecía -eran las siete y media del viernes- y la niebla cubría la zona. El ciclista escuchó ruidos procedentes del interior. Eran lápidas derribadas, cruces invertidas, tumbas destrozadas. Las primeras investigaciones apuntan a que los profanadores huyeron después de pasar el ciclista, posiblemente ante el temor de que diese la voz de alarma. El suceso, por tanto, se cometió cuando todavía no era noche cerrada.

No había nadie

La Guardia Civil y la Policía Local no encontraron a nadie cuando llegaron. Tampoco advirtieron huellas de vehículos. El camposanto está situado a dos kilómetros de Rivas. Un solo camino conduce a las tumbas, según el concejal de Mantenimiento, Antonio García. Pese a que los profanadores actuaron con pleno conocimiento del lugar, no se ha podido aún confirmar que sean vecinos de Rivas. Para desbrozar estas dificultades tanto la Guardia Civil y como la Policía Municipal interrogan a los jóvenes del municipio y de los alrededores.

El único testimonio con el que cuentan procede de la declaración del ciclista. Los profanadores dejaron escritas con barra de pintalabios tres palabras: "Slayer" (asesino, en inglés), "Anticristo" y "Heavy Metal".

El Ayuntamiento descarta que se celebrase un rito satánico en este cementerio, que acoge a unos 250 difuntos. "Fue un acto vandálico", comentó el concejel de Servicios. El Ayuntamiento de Rivas calcula el daño económico en unos 15 millones de pesetas. Los autores de la salvajada destrozaron unas 100 tumbas, el 90% del camposanto. Un empleado municipal tomó ayer nota tumba por tumba de los destrozos sufridos. Por la tarde distintas empresas de marmolistas, llamadas por el Ayuntamiento, acudieron al cementerio para calcular el presupuesto de los numerosos arreglos que hay que realizar, informa Isabel Fernández. En la localidad, la indignación es la nota predominante. "Ha afectado especialmente a la gente mayor", declaró ayer Antonio García. Muchas tumbas eran compartidas. Varios afectados han presentado denuncia.

Los profanadores asaltaron la casilla del conservador del cementerio y robaron una barra de hierro con la que golpearon las tumbas y lápidas. También les dieron patadas y vaciaron tres hornacinas. "Si no las destrozaron todas, fue porque no pudieron o no les dio tiempo", comentó el concejal de Mantenimiento.

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