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EL LIBRE COMERCIO.

Lluís Bassets

Europa y Estados Unidos han conseguido, tras maratonianas negociaciones, ponerse de acuerdo en el comercio agrícola. Francia aceptó ayer finalmente el principio de acuerdo, aunque pide compensaciones para sus agricultores al resto de los socios comunitarios. Pero ahora es el capítulo audiovísual el que entorpece la consecución de un acuerdo global para concluir antes del 15 diciembre la Ronda Uruguay del GATT, el esfuerzo de liberalización del comercio más grande hecho hasta ahora. Pese a todo, los responsables de Comercio estadounidense, Mickey Kantor, y europeo, Leon Brittan, aseguraron ayer que las diferencias entre los bloques no impedirán llegar al final a un acuerdo. Los flecos pendientes serán analizados por los jefes de Estado europeos en la cumbre que celebrarán los próximos viernes y sábado.

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Orson WeIles contra RKO

"Hemos respetado plenamente la identidad europea y aceptado la especificidad de su lenguaje cultural", dijo Mickey Kantor ayer al término de la negociación. "Pero no ha sido posible llegar a un acuerdo en el sector audiovisual porque la Comunidad no quiere proporcionar a las compañías extranjeras el acceso legítimo a los ingresos que se les debe como autores de la propiedad intelectual" añadió. Es legendaria la pelea de Orson Welles contra la productora RKO por la propiedad de Ciudadano Kane. Como han hecho siempre europeos y norteamericanos, a la greña por la propiedad intelectual de las películas. Y ahora esta moderna quereIla es el último obstáculo, junto a la aeronaútica, para que se alcance el acuerdo del GATT.Washington desea que Bruselas dé libre acceso a las productoras norteamericanas al mercado europeo, que ya dominan sobradamente: 81% de media en los cines europeos y 54% de las telenovelas. Quiere que anule la directiva sobre televisión sin fronteras, que impone una cuota de producción europea del 50% como mínimo. Desea que se eliminen subvenciones y teme, principalmente, que una posición intermedia pueda limitar la expansión de los productos derivados de las nuevas tecnologías -autopistas de comunicación-, en las que EE UU se halla en ventaja con respecto a Europa.

Las productoras norteamericanas exportaron el pasado año a la CE programas y películas por valor de 3.600 millones de dólares, informa Antonio Caño. Es el segundo sector exportador más importante de EE UU, después de la aeronáutica. Varios directores de cine, entre ellos Martin Scorsese, han lamentado la restrictiva política europea y han propuesto que, si la CE quiere evitar la invasión cinematográfica norteamericana, lo mejor sería que produjese mejores películas.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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