El proyecto futurista de Delors

Jacques Delors no tiene la fe del carbonero en la tecnología ni está fascinado por los gadgets electrónicos, pero su documento sobre el empleo y el crecimiento concede un lugar central a los nuevos descubrimientos y aplicaciones científicas y tecnológicas, la investigación y desarrollo, y los sectores industriales de punta, como son los audiovisuales, las empresas de biotecnología y las autopistas informáticas. Para Delors los últimos avances en estos ámbitos son una oportunidad para el crecimiento y el empleo y una base del cambio hacia un modelo de desarrollo económico y social más equilibrado, de mayor calidad de vida y más respetuoso del entorno natural y humano.Uno de los sillares del diseño de la Comisión es la "sociedad de la información", que debe ser una de las principales fuentes de creación de empleos. Todas las actividades humanas, individuales o colectivas, empresariales o administrativas, encuentran apoyos en las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). Delors propone que inmediatamente después de la Cumbre de Bruselas se constituya una taskforce o grupo de trabajo especial, dedicado exclusivamente a la puesta en marcha de las infraestructuras de la información, que deberá presentar un primer proyecto al Consejo de Ministros en tres meses.

El documento quiere estimular las alianzas internacionales en las que entren empresas europeas de TIC, propugna el respeto de las "particularidades europeas: multilingüismo, diversidad cultural, heterogeneidad económica y preservación del modelo social", y sostiene que Europa debe "mantener un nivel suficiente de control de las tecnologías de base y una industria eficaz y competitiva".

Una buena utilización de las TIC significa nuevos mercados de servicios y una mejor administración. Para ello, la Comisión apoya la liberalización del sector de telecomunicaciones y la creación de las famosas autopistas de la información. El documento llama la atención sobre el potencial de empleo que hay específicamente en el sector de producción audiovisual, posiblemente el más dinámico, que puede ocupar en la UE a tres millones de personas más desde ahora hasta el año 2.000.

Otros sectores de punta merecen una especial atención del Libro Blanco, principalmente en el terreno de las biotecnologías , que cuentan con ámbitos con grandes potenciales de creación de empleo. El documento cita la agricultura, la agroalimentación, la química, la farmacia y los equipos industriales corno -los más competitivos. Recomienda una puesta al día de las normas europeas, la creación de un órgano consultivo de la UE para las biotecnologías, una mejor coordinación entre la Comunidad y los Estados miembros para evitar la duplicación de esfuerzos, la creación de redes que agrupen los parques científicos ya existentes y medidas de desgravación fiscal.

Delors llama la atención sobre la desventaja comparativa que tiene Europa respecto a Japón y Estados Unidos en inversiones dedicadas a investigación y desarrollo tecnológico (I+D). La UE gasta en I+D un 2% de su PIB, frente al 2,8% de Estados Unidos y el 3% de Japón. El objetivo es alcanzar este 3% japonés, que se considera como óptimo. Para ello propugna un plan de estímulos fiscales a la inversión, el aligeramiento y coordinación de las normas y reglamentos, una mejor coordinación europea de políticas científicas, la promoción de empresas especializadas y el lanzamiento (le grandes proyectos europeos.

El Libro Blanco otorga un papel de primer orden a las pymes (pequeñas y medianas empresas) como productoras de bienes de equipo y de consumo en el campo de las tecnologías de punta y como consumidoras de tecnologías avanzadas.