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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una buena idea mal realizada

Una buena idea mal realizada. Con estas palabras podríamos resumir el resultado de la cuarta y última fase de una serie de importantes exposiciones que bajo el título general de Las edades del hombre se presenta ahora en Salamanca. Una buena idea es la de intentar el contrapunto (por utilizar la palabra del título) entre el arte contemporáneo y el arte del pasado, pero en cualquier exposición, tanto si es filatélica como si es de obras de arte, el éxito depende de la excelencia de las piezas que se exhiben. Bien nos hubiera gustado, pongamos por ejemplo, contemplar el contrapunto entre la pincelada de Velázquez y el dripping de Jackson Pollock, entre la voluptuosidad de Tíziano y el ascetismo de Rothko, o entre las imágenes metafisicas de De Chirico y la fisicidad de los objetos de Sánchez Cotán, por poner sólo tres ejemplos de distinta índole, pero no es así, no es éste el tipo de contrapunto que se ofrece aquí. El confuso argumento que articula la exposición no tiene por objeto el estudio comparado del arte, sino una extensión de la doctrina de la Iglesia, aprovechando él interés que el público muestra en los últimos años por consumir productos artísticos en estos espectáculos de la cultura que son las grandes exposiciones temáticas.Amparados por el éxito obtenido en las anteriores muestras, que han sido acicate para que muchas otras diócesis reclamen la atención del público a través de la exhibición de su patrimonio, los organizadores de este Contrapunto han querido explicar que la fe religiosa no es un asunto que sólo dejó huella en el pasado, como bien mostraban las anteriores exposiciones, arriesgándose en esta aventura a rastrear temas como Caín y Abel o la Torre de Babel en el arte del presente. Pero, desde que en la Ilustración los artistas abandonaron la tiranía del poder religioso y generaron un arte autónomo, el arte como producto de la religión murió, el certificado de defunción lo extendió Hegel en sus Lecciones de estética. Por su parte, la Iglesia, que había promovido hasta entonces las artes, se fue desinteresando del trabajo de unos artistas que osaban compararse con Dios en el acto de la creación.

Las edades del hombre

El contrapunto y su morada Catedrales de Salarnanca, Salarnanca. Hasta junio de 1994.

La selección

Pero, independientemente de cuál sea el tema o la disculpa para presenciar obras de arte, el problema de esta exposición está en la selección de obras, tanto antiguas como modernas. Sólo se salvan un cuadro de Luis de Morales, otro de Pantoja de la Cruz y un par de anón Imos, dos esculturas de Gregorio Fernández, una tabla de Juan de Juni, algunos tapices y piezas de nobles oficios, entre las antiguas, y entre las modernas, cuatro obras muy conocidas, cedidas por la Fundación Juan March, una escultura de Miró, procedente del Reina Sofia, un cuadro de Hernando Vifies y El segoviano de Zuloaga. Parece increíble que entre las 215 piezas que se presentan sólo haya un lienzo de Caneja.La mayoría de lo exhibido no requiere mayor atención que la de cualquier muestra local; esto contrasta con las pretensiones de una exposición que se encuentra señalizada desde los accesos a la ciudad como si esperaran caravanas de automóviles durante los más de seis meses que permanecerá abierta al público.

Esta extraña selección de obras colocadas sin un orden fácilmente comprensible aproxima la muestra a una almoneda. Por el amontonamiento conque están presentadas las obras, se anulan unas a otras; sirva como ejemplo la ubicación de un pequeno cuadro de finales del siglo XVI, casi rozando una obra de Gustavo Torner que apenas cabe sola en el espacio que se le ha asignado entre dos puertas, o un interesante cuadro de Vifies colgado sobre otro de Millares.

Cabe también la posibilidad de que las obras de arte aquí sean únicamente una disculpa para realizar un recorrido por unos espacios, muy conseguidos en cuanto a la ambientación, en los que se pretende' enunciar una trama discursiva cuyo objetivo es poner en comunicación la memoria histórica con el presente; sin embargo, no lo consiguen, ya que parece como si los comisarios hubieran sido presa de una enajenación que les impide comprender los valores sobre los que se basa el arte actual.

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