La senda rebuscada

El inconformismo y la búsqueda de territorios personalísimos caracterizan los movimientos de Steve Vai. Curtido en las filas de Frank Zappa, se destapó en la banda de David Lee Roth, donde todo era espectacularidad y chispa. El ascenso a los altares guitarromaniacos fue instantáneo en cuanto se divulgó Passión and warfare, cautivadora obra instrumental. Como Vai tampoco desea quedarse en la épatación por virtuosismo, el hombre de los dedos extralargos ha fundado un nuevo proyecto para plasmar todo su complejo mundo interior.Su actual dirección busca y encuentra la vía del retorcimiento y la complicación. Arriesga cuanto puede y, en directo, surgen cuestiones para la controversia. Así, supone un absoluto choque comprobar qué inaudito vocalista se ha sacado de la manga. Devin Townsend es un personaje agitado, revoltoso y anárquico, cuya voz tiende al grito desaforado sin que existan demasiados motivos para justificarlo. Su actitud contrasta con la figura señorial y orgullosa de su jefe. El guitarrista no está por la labor de arrimarse a los caminos trillados, y sus seguidores han de acostumbrarse a lo singular e incluso chocante de su oferta, donde reside gran parte de su mérito.