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Brotes violentos en Gaza tras la muerte de un líder palestino

Un palestino resultó muerto y al menos otros 40 fueron heridos ayer en Gaza en la explosión de violencia tras la muerte del má ximo líder de la resistencia contra la ocupación israelí. Mientras el primer ministro israelí, Isaac Rabin, y el líder de la Organización para la Liberación Palestina (OLP), Ya sir Arafat, manifestaban por separado en Europa su optimismo por el futuro de su proyecto de paz, en Gaza y Cisjordania había luto, decepción y rabia.

Los tres palestinos enmascarados que aparecieron de pronto frente a la mezquita del barrio de Sheikh Raduán, en Gaza, fueron recibidos con aplausos. No llevaban pistolas ni hachas. Sólo aerosoles de pintura negra. Lo que pintaron en un santiamén, antes de desaparecer en el paupérrimo laberinto de Sheikh Raduán, fue un testimonio de unidad palestina tras la muerte de Imad Akel, el guerrillero musulmán de Hamás abatido a tiros por soldados del Ejército israelíes la noche del miércoles."Gloria a nuestros héroes. Jamás olvidaremos la sangre de los palestinos valientes", podía leerse en la fachada de una tienda de ultramarinos que, como todos los negocios de Gaza, permanecía cerrada en señal de duelo. La firmaba el Frente Democrático para la Liberación de Palestina. En otra esquina, alguien pintó: "Al Fatah rinde homenaje al mártir Imad Akel". El Frente Popular para la Liberación de Palestina también dejó sus iniciales. Akel criticaba a todos.

Para los palestinos de Gaza ayer fue un día de unidad. Desde la Universidad de Bir Zeit, en Cisjordania, partió un mensaje revelador: Los opositores del proyecto de paz entre Israel y la OLP ganaron los nueve puestos directivos en las elecciones de la federación estudiantil, que ha sido tradicionalmente uno de los principales bastiones de Yasir Arafat y de sus fuerzas.

En Gaza, el luto fue un elemento aglutinante. En cada calle había una barricada. Los niños tiraban piedras a los pocos automóviles que circulaban. Ayer, las calles de Gaza estaban controladas por adolescentes que eran niños cuando la Intifada, la rebelión palestina contra la ocupación israelí, estalló en la franja hace casi seis años.

Un chaval de 10 años, su cara cubierta con una kufiya rojiblanca, apareció de un callejón con una manta vieja y una lata de aceite. Las arrojó a un neumático ardiente. Luego se dió la vuelta y proclamó: "Mi nombre es Mahmud y esta es mi calle. Palestina es mi tierra y mi héroe Imad Akel".

Akel, el hombre más buscado por el Ejército israelí, se ha convertido en el nuevo símbolo de la rebeldía palestina contra Israel y la OLP de Yasir Arafat. Tenía 24 años y era el comandante de la Brigada Ezzedín Al Qassem, el brazo armado de la resistencia islámica, o Hamás. Nació en el campo de Yabalia, pero llegar a su casa para preguntar si su familia había visto el cadáver era ayer una empresa imposible. Soldados israelíes fuertemente armados decretaron el toque de queda permanente hasta nueva orden.

Sobre la chabola de Yabalia se erguían columnas de humo negro. Sólo sus habitantes y los soldados que les obligaron a quedarse encerrados en sus casas podían decir si los disparos que se escuchaban a la distancia eran solamente al aire.

En el escuálido hospital central de Gaza los cirujanos trataban de despachar a Alá Nemer, de 25 años, a un hospital de Tel Aviv. "Un francotirador israelí le dió en la cabeza cuando comenzaron los disturbios", dijo un testigo. "Si no lo sacamos de aquí se nos muere", dijo un pálido cirujano.

Desde todas las mezquitas de Gaza el mensaje era el mismo: "Israel ha matado al héroe Imad Akel y le costará muy caro".

Golpe mortal

Los israelíes tenían otra versión. El primer ministro israelí, Isaac Rabin, declaró que la muerte de Akel, quien en menos de dos años supuestamente mató a 10 soldados israelíes, un colono y cuatro colaboracionistas palestinos, ha asestado un golpe casi mortal a Hamás. "Es una victoria importante en la guerra contra el terrorismo, contra los asesinos de israelíes y los asesinos del proceso de paz".Según algunos palestinos, Akel fue enterrado al amanecer en el cementerio de Yabalia. Los pocos amigos y familiares que acudieron al funeral dijeron que el cadáver estaba destrozado por una explosión. Los miles de jóvenes que controlaban las calles de Gaza coreaban su nombre. Para los servicios secretos israelíes, que finalmente le dieron caza, Akel será siempre el "fantasma" o "la sombra". Hasta el miércoles, Akel había eludido con éxito a sus enemigos, incluso disfranzándose a menudo de colono judío.

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