Los artistas cubanos quieren cobrar en dólares

Cuba está cambiando y nadie quiere quedarse rezagado. Mucho menos los intelectuales y los artistas cubanos, quienes desde el mismo triunfo de la revolución de Fidel Castro tuvieron que tomar partido: muchos renunciaron a cobrar derechos de autor y donaron parte de su obra en bien del sueño común. Sin embargo, hoy, 34 años después, la situación ha cambiado. Los pintores, poetas e intelectuales cubanos han vuelto a definirse: esta vez quieren cobrar en dólares.

El fin de semana pasado se celebró en La Habana el V Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), una organización apadrinada por el Estado revolucionario y el Partido Comunista que agrupa a 3.500 creadores en toda la isla. El marco en que se realizó este congreso -cuando empiezan a madurar las recientes reformas económicas introducidas por el Gobierno de Fidel Castro, que permitieron a los cubanos tener dólares y trabajar "por cuenta propia", al margen del Estado-, era muy especial.Por ello, a diferencia de anteriores reuniones de la UNEAC, caracterizadas por declaraciones de principios, en las que se manifestaba el "apoyo irrestricto" de los intelectuales cubanos a la revolución y a los pilares ideológicos socialistas que la guiaron durante los últimos 30 años, esta vez los temas fueron más "terrenales".

"No se trató de pedir apertura ni espacios políticos, pues fue un congreso más bien economicista, donde se debatieron cuestiones concretas, sobre todo la nueva forma de trabajar y de cobrar en estos tiempos de cambio y reestructuración", dijo uno de los 300 miembros del Consejo Nacional de la UNEAC que participó en el congreso, que estuvo cerrado a la prensa extranjera.

El presidente cubano, Fidel Castro, quien participó el sábado y el domingo en las sesiones del congreso, confirmó que los intelectuales y los artistas se beneficiarán con las nuevas medidas económicas, pero dijo, en tono de advertencia, que a partir de ahora "tendrán que luchar por no corromperse".

Castro señaló que lamentaba personalmente tener que aplicar determinadas medidas económicas debido a la dificil situación que atraviesa el país, y dijo que era consciente de que éstas pueden acarrear como consecuencia el fenómeno del "egoísmo, el individualismo, la enajenación y la sobrevaloración del dinero".

Durante tres décadas, los escritores cubanos que recibían derechos de autor del extranjero debían entregar los dólares al Estado y éste les retribuía su equivalente en pesos -a razón de uno por uno-.

Sin embargo, hace unos meses los escritores y artistas que cobran derechos de autor en moneda extranjera (como Lisandro Otero, Miguel Barnet o Pablo Milanés) fueron autorizados a quedarse con el 85% de este dinero en dólares, mientras que el 15%, en el caso de los narradores, pasa a una agencia literaria estatal.