Defraudar a Hacienda y simular paro fomentan la crisis, según los obispos

La crisis económica tiene motivaciones técnicas, pero hay comportamientos de los ciudadanos que la alimentan como el fraude fiscal o la simulación del paro. Erradicar estas cuestiones permitiría mitigar la crisis. Así lo dicen los obispos que, en una nota hecha pública ayer ante la situación socioeconómica, abogan, asimismo, por el buen uso de los fondos públicos o el establecimiento de políticas que fomenten el ahorro y las inversiones. La nota, que elude criticar la política económica del Gobierno, llama a las administraciones y a los agentes sociales a impulsar una renovación de la vida económica que tenga presente los costes sociales.

La nota, leída ayer por Elías Yanes, presidente de la Conferencia Episcopal, reunida en asamblea durante esta semana en Madrid, evita pronunciarse sobre la política económica del Gobierno, duramente criticada por el borrador de documento La Caridad en la vida de la Iglesia: "Divide y clasifica nuestra sociedad en ciudadanos estables y precarios", decía.Los obispos expresan su preocupación por la situación de "paro y pobreza" que, según dice, tiene unos orígenes técnicos, pero otros que afectan a comportamientos individuales "insolidarios y egoístas". El episcopado, que no se inclina por opción política alguna, sostiene que la crisis puede mitigarse eliminando estos comportamientos: "El fraude fiscal, la mala administración de los fondos públicos, la desvalorización del trabajo, el crecimiento de las economías de carácter especulativo, sumergido o no productivo, la falta de alicientes para el ahorro y las inversiones de índole empresarial y productivo; la simulación del paro o de la incapacidad laboral, el escaso rendimiento del trabajo; la incitación compulsiva al bienestar material y al consumo por encima de los niveles de producción y de ingresos".

"Todo esto", diagnostica, "destruye el tejido moral de la sociedad y fomenta un estilo de vida que conduce fatalmente al de sequilibrio económico y a la crisis generalizada".

Los obispos, que dejan abierta una puerta a la esperanza señalando "que no estamos en un callejón sin salida" y expresan su convicción de que la sociedad tiene recursos para superar la crisis, abogan también por la renovación, pero económica. El episcopado anima no sólo a los creyentes, sino también a los "hombres honestos de la empresa, de las finanzas, de las instituciones políticas y sociales", a impulsar una renovación que tenga en cuenta la justicia y la solidaridad, los costes sociales -y no sólo los económicos- y la indigencia de los sectores más castigados

Contra la corrupción

La nota coincide en su filosofía con el documento La caridad en la vida de la Iglesia, presentado durante la misma conferencia de prensa por Josep Maria Guix, obispo de Vic (Barcelona) y presidente de la Comisión de Pastoral Social. Este documento llama a los católicos a asumir "un compromiso activo de denuncia y lucha contra las diversas situaciones y pobreza y marginación, el fraude y la corrupción". En la misma línea propone la actuación en los medios rurales, donde se padece de "modo profundo las consecuencias de la crisis social, económica y cultural" y el compromiso y participación "de los seglares en la vida pública" para conseguir "leyes más justas y solidarias en favor de los derechos humanos y de la dignidad de la persona".Un llamamiento que, como dice el documento episcopal Los católicos en la vida pública (1990), incita a los rieles a militar, tanto en sindicatos como en partidos, para defender los principios de la fe católica. En este marco se invita a manifestarse públicamente, incluso saliendo a la calle, según dijo Guix, ante cuestiones como podría ser la nueva despenalización del aborto, un derecho humano que, según el episcopado, no está legitimado a regular el Estado. Esta consideración, realizada por Yanes el pasado lunes, levantó una polémica con el Gobierno que eclipsó el documento La caridad en la vida de la Iglesia, previsto como tema estrella de la plenaria.