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Fieros combates en Líbano entre Israel y Hezbolá

La guerra volvió ayer a Líbano. Durante toda la jornada estallaron durísimos combates entre la milicia proiraní Hezbolá, de un lado, y el Ejército israelí y las milicias cristianas, de otro. Varios cohetes Katiusha cayeron en la frontera con Israel e hirieron a dos soldados, mientras que en las filas contrarias al menos un militante de Hezbolá resultaba muerto y varios heridos. Tras los disparos de artillería, Israel bombardeó las bases de la guerrilla, y sus aviones destruyeron cuatro instalaciones de esta organización shií. Son los combates más intensos que se desarrollan en Líbano desde que se firmó el acuerdo de paz palestino-israelí, el 13 de septiembre pasado.

Todo comenzó con un ataque de varias unidades de Hezbolá (el Partido de Dios) contra las posiciones avanzadas del Ejército del Sur de Líbano (ESL, las milicias cristianas aliadas de Israel), que protegían la llamada zona de seguridad, una especie de territorio tampón establecido por Israel en el sur de Líbano cuando se retiró de ese país, en 1985. El puesto del ESL en Talusá fue asaltado por sorpresa y, en su retirada, los hombres de Hezbolá se llevaron prisioneros a 12 milicianos que salieron de su bunker con las manos en alto, después de más de una docena de disparos certeros de misiles antitanque contra el techo de su puesto. Es la primera vez en 11 años de lucha que una sola operación de Hezbolá culmina con tan alto número de prisioneros.La respuesta israelí en apoyo del ESL no se hizo esperar. Ocho aviones del Tsahal bombardearon entonces simultáneamente una base de Hezbolá situada al este de la ciudad de Baalbek y otras dos cerca de Janta, un pueblo próximo a la frontera con Siria. La emisora de Hezbolá La voz de los oprimidos, que emite desde el valle de la Bekáa, fue destruída, al igual que las baterías antiaéreas de esa guerrilla fundamentalista en Ameshki y Nale. Al menos dos personas resultaron heridas.

Según el viceministro israelí de Defensa, Mordechai Gur, la ofensiva guerrillera obedece a los intentos sirios de boicotear las negociaciones de paz. De hecho, los ataques de Hezbolá fueron lanzados desde el valle de la Bekáa, bajo dominación del Ejército sirio.

"Sin Siria no habrá paz"

"Hafez el Asad nos hace saber que sin Siria no habrá paz", declaró Gur. "Los sirios actúan a través de Hezbolá y evitan todo enfrentamiento directo con Israel porque su objetivo estratégico sigue siendo la búsqueda de la paz", añadió.La radio israelí indicó que el ministro de Exteriores Simón Peres pidio el lunes pasado a su homólogo francés, Alain Juppé, que trate de conseguir un encuentro entre funcionarios sirios e israelíes. El vicepresidente sirio Abdel Halim Jadam declaró recientemente que Damasco se atiene a la "fórmula de Madrid", es decir, a los principios de paz por territorios y de globalidad que se defendieron en la primera sesión de las negociaciones de paz en la capital de España, hace dos años.

En Damasco se teme que las negociaciones israelo-palestinas y el acercamiento entre Jordania e Israel dejen atrás a Siria. Con ocasión del 23 aniversario del acceso al poder de Asad, la prensa siria ha advertido que el objetivo de Israel no es la paz, puesto que la tensión continúa aumentando en los territorios ocupados.

Precisamente ayer dos adolescentes palestinos resultaron, muertos en los territorios. Uno de ellos, Rami Izat al Gazawi, de 15 años, murió cuando los soldados israelíes que circulaban en un coche abrieron fuego contra el patio de un colegio de El Biré (Cisjordania) desde el que les lanzaban piedras.

El otro, Sami Muslá, de 18 años, fue muerto después de herir con un cuchillo a un policía y a un civil israelí en un control de Erez, paso desde Gaza a Israel. Un transeúnte israelí que vio el ataque sacó su arma y abatió al palestino que, según la policía, ya había sido detenido hace cinco meses por pertenecer al grupo integrista Hamás.

Las amenazas al acuerdo de paz entre israelíes y palestinos aumentan casi al mismo ritmo que avanzan las negociaciones. De un lado los colonos judíos están adoptando una política cada día más violenta ante la pasividad de las fuerzas de seguridad israelíes. Ayer, por ejemplo, un grupo de ellos destrozó un mercado de Hebrón (Cisjordania); puestos, vitrinas, mercancías y camionetas sufrieron la ira de los campesinos judíos mientras la policía hacía la vista gorda y ni tan siquiera trataba de imponer el orden.

Del lado palestino se suceden los asesinatos de los líderes de Al Fatah, como el ocurrido el lunes en Sidón, cuando unos desconocidos cosieron a balazos a Muin Shabaytá, el hombre de confianza del líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasir Arafat, en Líbano.

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