Detenido por soborno político el magnate japonés que pagó una fortuna por dos cuadros
El multimillonario japonés Ryoei Saito, que pagó 82 millones y medio de dólares (unos 11.220 millones de pesetas) por el cuadro Doctor Gachet, de Vicent Van Gogh, y otros 78 millones (unos 10.608 millones de pesetas) por Au Moulin de la Galette, de Pierre Auguste Renoir, fue detenido ayer acusado de sobornar a un gobernador provincial con 100 millones de yenes (126 millones de pesetas) para poder construir un campo de golf en un terreno no edificable.El campo había sido bautizadó con el nombre de pila del maestro Van Gogh. La detención del multimillonario Saito, de carácter cautelar según la información difundida por la cadena de televisión pública NHK, se suma a otras relacionadas con el último escándalo nipón: contratas públicas y otros favores de cargos políticos a cambio de dinero.
Un destacado dirigente de la coalición en el Gobierno, Ichiro Ozawa, es sospechoso de haber recibido donaciones políticas en cuantía sensiblemente superior a las legalmente establecidas. Tanto el partido comunista japonés como la oposición liberal han pedido infructuosamente que Ichiro Ozawa comparezca ante la opinión pública nipona para dar explicaciones y responder a las acusaciones vertidas contra él.
Saito, de 77 años de edad, presidente honorario de la papelera Daishowa, la segunda empresa a nivel nacional en volumen de negocio, fue detenido junto al vicepresidente de la misma, Taira Kiyosawa, como presuntos autores del soborno, en 1991, del antiguo gobernador de la provincia de Miyagi, Shuntaro Homma. Las autoridades provinciales concedieron al multimillonario grandes facilidades para que dos empresas de su grupo pudieran construir en una zona boscosa de 300 hectáreas un complejo de viviendas y el campo de golf Vicent Daishowa.
"El dinero es el dinero"
Homnia había sido detenido anteriormente bajo la acusación de haber aceptado de diversas constructoras fuerte sumas a cuenta de decisiones ilegales. Más de 25 personas han sido detenidas desde que comenzaron las investigaciones llevadas a cabo por la fiscalía.
"Pensaba que era una gran personalidad, aunque después de todo el dinero es el dinero", manifestaba un convecino de Saito por televisión. Otro recordaba haber visto al magnate y a altos ejecutivos compartiendo mesa y mantel con cargos públicos en lujosos restaurantes. "Seguro que los estaba sobornando".
El presidente de Daishowa saltó a la popularidad cuando en 1990 pujó como nadie por los pintores impresionistas. Eran años en los que la prosperidad nacional parecía ser eterna. Se le pidió entonces una estimación del desembolso. "No es para tanto", comentó.
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