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Yeltsin dice que Rusia será reconocida pronto como una nación europea

AGENCIAS Los dirigentes de la Comunidad Europea (CE) Jacques Delors, como presidente de la Comisión, y el primer ministro belga, Jean-Luc Dehaene, como presidente de turno de los Doce, legaron ayer a Moscú para reiterar al presiden te Borís Yeltsin el apoyo político de la CE a su política. Según Yeltsin, esta reunión le permite vaticinar que Rusia será reconocida próximamente como un país europeo. Por lo pronto, el presidente ruso ha sido invitado a Bruselas el 9 de diciembre, la víspera de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Doce, primera que verá de cerca.

"Doy mucha importancia a esta reunión", dijo el jefe del Estado ruso. "Las circunstancias nos están acercando y pronto, quizá en cuestión de meses, se firmará un acuerdo entre la Unión Europea y la Federación rusa. Rusia será entonces oficialmente parte de los países europeos".Tras entrevistarse con Yeltsin, los emisarios comunitarios acudieron al despacho del primer ministro, Víktor Chernomirdin, y por la noche celebraron una cena de trabajo de alto nivel. Según fuentes comunitarias, Delors y Dehaene iban también a pedir a Yeltsin que "no utilice los amplios poderes que le concederá la nueva Constitución para apartarse de las reformas políticas y económicas".

Los dos dirigentes comunitarios no llegaron con las manos vacías a Moscú, ya que los ministros de Exteriores de los Doce acordaron esta misma semana ampliar las concesiones comerciales para satisfacer las demandas rusas y poder concluir antes de que acabe el año el primer acuerdo entre la CE y Rusia. Los Doce han aceptado ampliar el acceso a los mercados europeos de los productos rusos y han decidido desprenderse de una parte de los mecanismos de salvaguardia previstos en los países con economía estatalizada. "Son concesiones comerciales muy importantes que Rusia reclamaba insistentemente y que tendrán un importante efecto en la integración de la economía rusa en la mundial", señalan fuentes diplomáticas.

En el ámbito militar, la Federación Rusa decidió ayer abandonar sus planes de pedir la modificación de algunos de los compromisos contraídos en el tratado sobre limitación de armas convencionales en Europa. Moscú deseaba estacionar más armamento pesado y tropas de las que permite el tratado en las inmediaciones del conflictivo Cáucaso, con el argumento de que la zona se ha convertido en la primera línea del frente contra la inestabilidad que ha seguido al fin de la guerra fría.

Rechazo de Turquía

Tales propósitos provocaron el rechazo de los miembros de la OTAN, en especial de Turquía, y de los países del Este. Algunos de estos países desean integrarse en la Alianza Atlántica y ayer el diario del Ejército, Krasnaya Zvezda, advirtió que una adhesión rápida iría contra los acuerdos de desarme y contra los intereses de Rusia. "La paridad que estipulan estos acuerdos no se mantendría" si se amplía la Alianza, se podía leer en el rotativo.

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