Belloch garantiza a los jueces que el jurado no les juzgará por prevaricación

BONIFACIO DE LA CUADRA El ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch, clausuró ayer el 10º Congreso Nacional de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), mayoritaria y conservadora, a cuyos miembros tranquilizó a propósito de que el jurado no enjuiciará los delitos de prevaricación [dictar resolución injusta a sabiendas]. Previamente, el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), José Luis Manzanares, expresó su preocupación en ese sentido. Tras un amplio debate, la APM excluyó de sus conclusiones la reclamación del derecho de huelga de jueces y magistrados.

El presidente reelegido, Ramón Rodríguez Arribas, resaltó de las conclusiones del congreso la que reconoce que "los jueces y magistrados españoles no tienen el derecho de huelga". Explicó que la APM, "tras una deliberación seria, ha querido dar un mensaje de coherencia, y dado que los jueces somos titulares de un poder del Estado", explicó, "pedimos para nosotros más obligaciones y responsabilidades que derechos".En favor de la exclusión del derecho de huelga fue muy importante en los debates la intervención de Enrique Míguez, uno de los candidatos negociados en secreto por la APM para vocal del CGPJ.

"Ojo con el ministro"

Entre los oradores que hablaron antes del ministro en nombre de colectivos jurídicos, Arturo Beltrán, representante de la Unión Judicial Independiente -desgajada por la derecha de la APM-, fue vibrantemente aplaudido cuando señaló: "Ojo y mucho ojo con este ministro, que es muy trabajador y algo mesiánico. Para darnos cinco palos nos amenaza con 10 y nos quedamos contentos con los cinco". [Se refería al régimen disciplinario discutido recientemente con las asociaciones judiciales.]

Por su parte, Manzanares, vicepresidente del CGPJ, deseó suerte al ministro, al que calificó de "juez experimentado", si bien advirtió que "el control de los jueces no debe realizarse con relojes, porque no sirven para controlar el trabajo que hacen en el salón de su casa, tras la cena o en los fines de semana, lo cual no quiere decir", señaló, "que no haya jueces vagos, aunque es necesario que cuenten con los medios necesarios

Manzanares expuso el riesgo de que el jurado, previsto en la Constitución, perjudique "el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas" y advirtió de que "no debe empezarse la casa por el tejado, para evitar el fracaso estrepitoso de la institución". En todo caso, expresó su "preocupación de que el jurado juzgue el delito de prevaricación de un juez".

Antes de declarar clausurado el congreso, Belloch matizó que, según los trabajos realizados sobre la futura ley, entre los delitos que juzgará el jurado no figura el de prevaricación de los jueces y quiso tranquilizar también a Manzanares al decirle que la institución se implantará gradualmente. Belloch no explicó que la exclusión de la prevaricación es debida a la dificultad técnica de ese delito y que, en cambio, el cohecho sí será probablemente enjuiciado por el jurado.

Belloch aseguró que el momento es el adecuado para "estar contentos todos" y felicitó a las asociaciones de jueces por el fruto obtenido sobre la reforma de la ley orgánica del Poder Judicial, "no en función de las cesiones de unos u otros, sino porque el texto acordado es mejor que el que elaboró el ministerio". El ministro de Justicia expresó su satisfacción por las conclusiones del 10º congreso de la asociación judicial conservadora, que propugnan "el sistema de oposición como único" para el acceso a la carrera judicial. Manifestó su tranquilidad ante el hecho de que mantenga "puntos de desacuerdo con ellas, porque sólo pueden alcanzarse acuerdos", aseguró, "cuando están claros los desacuerdos".