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La policía desmantela una red que introdujo ilegalmente a 100 peruanos

Jan Martínez Ahrens

Lima, Viena, Francfort, Madrid. Ésa fue la ruta que siguieron los más de 100 peruanos que se empeñaron con Antonia Robles Alfaro, la responsable de un pequeño anuncio en los periódicos locales de Trujillo (Perú). Por 3.000 dólares (405.000 pesetas) ofrecía trabajo en España sin problemas legales. Falso. El recorrido en avión, tren y autobús los dejaba en la calle de Jarandilla como inmigrantes ilegales. La policía desmanteló el pasado sábado la red que organizó su entrada y se lucró con la misma.

Tres personas -todas de nacionalidad peruana- fueron detenidas. El juez ha ordenado su encarcelamiento. La banda empezó a actuar en febrero pasado. Dirigían la red dos matrimonios peruanos. Los inmigrantes, según la información facilitada por la Jefatura Superior de Policía, eran captados por Antonia Robles Alfaro en la ciudad peruana de Trujillo, capital del departamento de La Libertad. Antonia reunía -a grupos de cuatro a ocho personas. Los anuncios en periódicos locales constituían el gancho. También empleaba el contacto directo.Para pagar el viaje y el servicio (3.000 dólares, unas 405.000 pesetas), la mayoría vendía sus bienes. Algunos incluso solicita ban un préstamo -con intereses de un 20%- a la organización. Los solicitantes, además, debían firmar una letra en blanco.

Una vez formados los grupos, el esposo de Antonia, Víctor Iván Guzmán Benites, de 35 años y solicitante de asilo en España, acudía a Perú para acompañar a los inmigrantes en el viaje. Desde Lima partían en avión rumbo a Viena (Austria). Este país, al igual que Alemania, no exige visado de entrada a los peruanos, según la Jefatura Superior de Policía. Desde Viena se trasladaban en tren a Francfort (Alemania), y de ahí en autobús a Madrid. Iban ligeros de equipaje.

Si durante el recorrido la policía les exigía la documentación, se hacían pasar por turistas y mostraban un billete de avión cerrado, con fecha de regreso próxima.

Hermanas en el delito

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Al llegar a la capital de España, se alojaban en el piso de la calle de Jarandilla, número 2, donde habitaban Cristóbal Cerna Moya, de 38 años, y Cristina Robles Alfaro, de 28. Cristina y Antonia son hermanas. Allí, tras pagar el resto del coste del viaje, recibían un consejo: solicitar asilo político. Un método que les podía aportar provisionalmente documentación para residir en España, como en el caso de Víctor Iván Guzmán. El desmantelamiento de la red corrió a cargo de la Brigada Provincial de Documentación de Madrid. En la operación cayeron Cristóbal Cerna -con permiso de residencia-, su mujer, Cristina Robles, y Víctor Iván Guzmán.

En el piso, los agentes se incautaron de documentos contables y de agendas con nombres de inmigrantes. Vecinos del citado inmueble mostraron su sorpresa al conocer la actividad del matrimonio.

La policía ha informado a la Embajada de Perú de la participación de Antonia Robles, que sigue en libertad en la ciudad de Trujillo.

Con los detenidos convivían tres peruanas, que habían entrado en España en el último viaje. Todavía guardaban los billetes de avión, tren y autobús.

Fuentes próximas a la investigación señalaron que los inmigrantes ilegales han sido ingresadas en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Moratalaz y que se les ha abierto expediente de expulsión.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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