Participación española en el ILL y el ESRF

Por la presente carta nos gustaría puntualizar algunas informaciones sobre el uso de grandes instalaciones científicas europeas por parte de la comunidad científica española, aparecidas en el suplemento Futuro, el pasado 6 de octubre.España participa como asociado científico en el Instituto Laue Langevin (ILL) mediante acuerdos a cinco años renovables, y como país miembro fundador, en el European Synchotron Radiation Facility (ESRF). Ambas instalaciones están dedicadas a la realización de investigaciones científicas interdisciplinares: Física de la Materia Condensada, Ciencia de Materiales, Química del Estado Sólido, Física Nuclear, Química Fina, y, en gran medida, Biología. Este último punto lo demuestra el hecho de que dentro del ILL y ESRF existe una estación permanente del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL).

La cuota española del ILL es del 1,5% (85 millones de pesetas) de su presupuesto anual de funcionamiento. La cuota del ESRF es del 4% (380 millones de pesetas). El ILL se encuentra actualmente en un proceso de reparación, renovación y puesta a punto después de 20 años de funcionamiento con gran calidad científica reconocida en todas las instancias internacionales. Prueba de esta calidad es el hecho de la decisión de renovación de todo el equipamiento, con un presupuesto superior a los 6.900 millones de pesetas. Esta renovación finalizará en otoño de 1994 y el centro se abrirá de nuevo a los usuarios externos. El ESRF está todavía en su fase de construcción y puesta a punto y será puesto a disposición de los usuarios en 1994. Flor estas razones, en la actualidad "apenas existen proyectos científicos en marcha", como se decía en su artículo. Ahora bien, el uso, del ILL por parte de los científicos españoles en los últimos cinco años de funcionamiento fue de entre un 3% 4% del tiempo que esta institución ofrecía para usuarios externos. En gran medida,- muchos de estos anteriores proyectos de trabajo (al menos 30) continúan realizándose en centros europeos, cuyo uso se nos facilita dada la pertenencia española al ILL.

Actualmente está realizando su tesis en el ILL una estudiante española (E. García-Matres y Cortés) y también hay un científico español contratado (J. Rodríguez Carvajal). Otros científicos están contratados en centros de neutrones haciendo instrumentación debido a la fórmación que recibieron en el ILL. En el ESIPIF están contratados diversos científicos y personal técnico y administrativo españoles por un valor no muy alejado del que nos corresponde por nuestra cuota. Nuestra situación es una de las mejores al respecto, después de Francia, el Reino Unido y Alemania. Mucho mejor que países como Italia, con un porcentaje de cuota del 13% y una participación en personal mínima. Además hay científicos españoles en otros sincrotrones de países de nuestro entorno que en gran medida han sido aceptados ligados a nuestra participación en el ESRF.

Finalmente, cabe hacer la reflexión de lo rentable (científica y financieramente) que hasta ahora ha resultado nuestra participación en el ILL y en el E,SRF. España partió de una comunidad de usuarios en Ténicas de Haces de Neutrones y Radiación Sincrotrón prácticamente nula en 1986, y ac tualmente hay entre 150 y 200 científicos españoles usuarios ha bituales en cada una de estas técnicas. Además hay que tener en cuenta que los tiempos de medida en estas instituciones se obtienen mediante proposiciones que son seleccionadas por comisiones de expertos internacionales sólo en base a su calidad científica. Pode mos concluir que la calidad científica de nuestra comunidad está a la altura de los estándares científicos internacionales. Finalmente, los gastos de viajes y dietas de los científicos para realizar los experimentos aprobados son cubiertos por estas instituciones, con lo cual una parte de nuestra cuota revierte, inmediatamente a los usuarios españoles. Todo esto, por 87 millones de pesetas anuales para el ILL y 380 millones para el ESRF. Estamos seguros de que en una comparación de rentabilidad científica con otras inversiones en investigación no sería la participa ción española en el ILL y el ESRF lo más cuestionable.- J. L. Martínez F. J Bermejo, Madrid, y J. C. Gómez Sal,